México– La Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos Centroamericanos pidió hoy en su paso por Ciudad de México «justicia y verdad» a los Gobiernos del mundo para que cesen las violaciones a los derechos humanos de los migrantes.
Este
grupo de mujeres, parte del Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM),
participó el fin de semana en el Foro Social Mundial de las Migraciones,
en el que se celebró por primera vez la Cumbre Mundial de Madres de
Migrantes Desaparecidos, con la participación de mujeres de países como
Túnez, Marruecos o Argelia.
El
objetivo de la Cumbre fue conseguir más peso a sus protestas y
peticiones para así generar una mayor presión internacional. Los
resultados fueron un manifiesto común y la creación y organización de
una red mundial de madres de migrantes desaparecidos.
La
presidenta del MMM, Marta Sánchez Soler, aclaró que no llegaron a la
Ciudad de México «para molestar», sino porque «aquí es donde se pierden
nuestros hijos», por lo que piden a los Gobiernos «el esclarecimiento de
los hechos», sentenció en rueda de prensa.
En
su camino, las madres llevan a cabo labores de concienciación y de
prevención en los pueblos y comunidades por los que pasan, a la vez que
buscan pistas colocando fotografías, hablando con los medios y
coordinándose con centros educativos.
«Hemos
reemplazado nuestras lágrimas por movilización y esperanza», expuso
Doris, de Honduras, refiriéndose a la gran cantidad de estados que han
visitado y las reuniones que han mantenido con organizaciones y
organismos gubernamentales desde que emprendieron la marcha el 23 de
octubre en Talismán, Chiapas.
En
relación a la caravana migrante que llegó a México desde el 19 de
octubre a este país y que estos días se reagrupa en la Ciudad de México,
señalaron que «los Gobiernos no están cumpliendo con los acuerdos
internacionales y deben hacerlo ya que ninguna persona es ilegal ni
clandestina», dijo María Elena, una madre procedente de El Salvador.
En
tanto, Sánchez Soler opinó que es necesario que la ONU establezca en
Tijuana un campo de refugiados para acoger a los que lleguen a la
frontera con Estados Unidos, puesto que «no son unos cuantos, son
miles», explicó.
Este
año se han dado tres reencuentros de madres de la caravana y para estas
mujeres, aunque no se trate de sus propios hijos, «es una alegría y nos
hace ver que vale la pena estar en esta lucha», comentó Doris a Efe.
Yolanda,
salvadoreña que busca a su hija Ana María desde el año 2007, explicó
que esto «da muchos frutos» ya que ha visto reencuentros e incluso ha
conseguido una pista sobre su hija, que fue vista en 2017.
«Somos
pobres, no tenemos medios y esta caravana nos permite la búsqueda»,
afirmó María Gabriela, de Guatemala, que se unió al positivismo de sus
compañeras. «Somos madres, tenemos palabra y somos valientes»,
sentenció.