Un niño de la etnia rohinyá participaba en una protesta en contra de la situación de su etnia ante la embajada Birmana en Kuala Lumpur (Malasia) en 2016. EFE/Fazry Ismail/Archivo

Bangkok – Malasia anunció este martes que ha deportado 1.086 inmigrantes birmanos pese a la decisión horas antes de un tribunal de detener la medida tras aceptar un recurso presentado por las oenegés Amnistía Internacional (AI) y Asylum Access.

El director del Departamento de Inmigración, Khairul Dzaimee Daud, afirmó en un comunicado que los inmigrantes fueron enviados de vuelta en tres naves de la Marina birmana que partieron de la base naval Lumut, a unos 150 kilómetros al norte de Kuala Lumpur.

AI recordó, al presentar el recurso, que los inmigrantes van a volver a un país donde se están registrando violaciones de derechos humanos después de que el Ejército diera un golpe de Estado y detuviera al Gobierno de Aung San Suu Kyi.

Daud insistió en que se trata de inmigrantes ilegales que han accedido a regresar a Birmania de forma voluntaria y recalcó que entre los deportados no figura ningún refugiado de la etnia rohinyá, discriminada en Birmania, ni ningún solicitante de asilo.

El director de Inmigración no aclaró si alguno de los inmigrantes que estaban retenidos en centro de detención desde 2020 ha permanecido en Malasia, aunque las cifras iniciales hablaban de en torno a 1.200 inmigrantes birmanos y finalmente han sido 1.086 los expulsados.

El anuncio del gobierno malasio se produjo horas después de que el Tribunal Superior de Kuala Lumpur decidiera parar temporalmente la deportación y programara una vista para la mañana del miércoles donde iba a decidir sobre la expulsión.

Antes de conocer la decisión, AI denunció los planes del gobierno malasio y recordó que las deportaciones realizadas sin transparencia contravienen las obligaciones del país de respetar los derechos de los migrantes y refugiados y ponen en riesgo sus vidas.

Aunque se ha comprometido a respetar a todos aquellos que presenten una tarjeta de refugiados de la Alta Comisión de la ONU para Refugiados, Malasia no ha permitido a este organismo entrar en centros de detención de inmigrantes desde agosto de 2019, por lo que no ha podido identificar a los buscadores de asilo.