Roma – El triunfo en la Eurocopa de este domingo contra Inglaterra confirmó definitivamente a Roberto Mancini como una leyenda de la historia deportiva de Italia y le permitió entrar en el reducido grupo de técnicos campeones con los «azzurri», tras Vittorio Pozzo, Ferruccio Valcareggi, Enzo Bearzot y Marcello Lippi.

«Míster felicidad» y «míster tranquilidad» son solo algunos de los apodos dedicados a Roberto Mancini, el técnico que tomó el mando de una Italia hundida, tras la ausencia mundialista de 2018, y la convirtió en un equipo que doblegó este domingo a la anfitriona Inglaterra en Wembley y que conquistó la segunda Eurocopa de su historia.

El equipo sin juego, sin ideas ni confianza dio paso a un grupo unido, convencido, determinado y hambriento de revancha. Dijo desde el primer día, en 2018, cuando en Italia reinaba el pesimismo, que el equipo podía ser protagonista en la Eurocopa y sus palabras se convirtieron en realidad a base de trabajo y liderazgo.

No perdió casi nunca la calma, se centró en el trabajo, en enseñar a sus jugadores a atreverse más y jugar de forma más ofensiva, sin olvidar su ADN defensivo, y el resultado fue una Eurocopa triunfal.

Después de que su predecesor en el banquillo no dimitiera y fuera destituido por la Federación de Fútbol italiana (FIGC) tras no clasificarse para el Mundial, Mancini renunció a un contrato millonario con el Zenit San Petersburgo para coronar uno de sus sueños, dirigir a la selección.

Selló récord tras récord, con una racha de 35 partidos sin derrotas, mejor que los 30 de la Italia de Vittorio Pozzo, conquistó la Eurocopa y envió a los «azzurri» a la fase final de la Liga de Naciones, en la que será rival de España el próximo octubre en San Siro.

Ya está en lo más alto del fútbol italiano, al lado de técnicos ganadores como Pozzo, Valcareggi, Bearzot y Lippi.

Pozzo fue el técnico que marcó los primeros triunfos de Italia, con dos Mundiales conquistados en 1934 y en 1938, además de una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1936.

Leyenda del fútbol italiano, falleció en diciembre de 1968 a los 82 años, pero le dio tiempo para ver a Italia triunfar en la Eurocopa de ese año con Ferruccio Valcareggi en el banquillo.

Fue la Eurocopa del sorteo en semifinales contra Unión Soviética, con la moneda que premió a los «azzurri», y del triunfo en la final contra Yugoslavia.

Catorce años después, y tras una final del Mundial perdida en 1970, Italia volvió a triunfar. Fue en el Mundial de España 1982, cuando los hombres de Enzo Bearzot se coronaron en el estadio Santiago Bernabéu contra Alemania Federal.

Hubo tiempo para vivir una amarga década de 1990, con las semifinales perdidas en el Mundial italiano y la final perdida en la tanda de penaltis en 1994 contra Brasil, antes de que la Italia de Marcello Lippi volviera a la cumbre en Alemania 2006.

Los «azzurri» se coronaron con su cuarta Copa del Mundo al doblegar a Francia en la tanda de penaltis de la final del Olympiastadion de Berlín, con Lippi que, tras sus grandes logros como técnico del Juventus, alcanzó el techo del mundo como seleccionador.

Hubo que esperar quince años para que Italia volviera a triunfar. Esta vez lo hizo con Mancini en el banquillo y con la fuerza de su tranquilidad. Convirtió el sueño «azzurro» en realidad y ya está eternamente en la historia del fútbol italiano. (ag)