Guadalajara (México).- La escritora María Dueñas afirma que la historia de la migración española se ha contado, sobre todo, «desde el punto de vista masculino», por lo que ha habido voces que han quedado «silenciadas».
Con «Las hijas del Capitán», su última novela, su intención «era dar voz a esas mujeres que participaron en la migración española, casi siempre arrastradas por la voluntad de los hombres, sin poder decidir qué hacían», afirma la autora en una entrevista con Efe realizada en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, occidental estado mexicano de Jalisco.
La obra gira alrededor de las hermanas Arenas, quienes llegan junto con su madre a Nueva York en 1936 para reunirse con su padre, ya asentado en la ciudad. Todo da un vuelco cuando, de forma inesperada, el padre fallece, lo que hace que las mujeres inicien un nuevo camino tras plantearse una pregunta: «Y ahora, nosotras, ¿qué?».
La situación de las tres hermanas no dista de lo que ocurría a principios del siglo XX con muchas mujeres a las que «simplemente el padre o el marido les decían ‘Nos vamos’ y se iban», indica Dueñas (Puertollano, Ciudad Real, 1964).
«Me interesaba averiguar, profundizar, reflexionar sobre sus sensaciones y sus sentimientos», sentencia.
Durante el proceso de documentación, la autora se dio cuenta de que «siempre nos hablaban de los migrantes desde el punto de vista masculino, lo que tiene su razón de ser, porque normalmente eran los hombres que daban el primer paso», pero de sus compañeras «no sabíamos nada, o casi nada».
Además, en términos más generales, «parece que se nos olvida que en aquellas décadas fueron más de cuatro millones de españoles los que dejaron el país por razones puramente económicas», antes de que se produjera el exilio intelectual desencadenado por la Guerra Civil (1936-1939).
«Las hijas del Capitán» podría correr la misma suerte que dos de sus obras anteriores, «El tiempo entre costuras» y «La templanza», que fueron elegidas para ser llevadas a la televisión. «Ya veremos qué pasa; estamos barajando opciones», señala al respecto.
Dueñas comenta que, a la hora de escribir la novela, surgió la «tentación» de pensar cómo sería en caso de que fuera trasladada a una producción audiovisual: «Pero decidí blindarme; no podía dejarme llevar por eso porque entonces iba a escribir de una manera muy poco natural».
Al trabajar, la escritora se «encapsula», un proceso que no le cuesta «ningún trabajo». Y así, esta doctora en Filología Inglesa deja de pensar en las expectativas -sus libros en España entran rápidamente en las listas de los más vendidos- y en las futuras críticas.
Dice ser consciente de que el hecho de ser una escritora de éxito «implica muchas cosas para muchas personas, por desgracia», y que «existe un prejuicio» contra los autores de «bestsellers» porque hay lectores y críticos que directamente no les «consideran» ni se «molestan» en leer sus novelas.
«Desde el principio lo he relativizado bastante. No puedes luchar más porque cuando alguien no quiere, no quiere. No puedo forzar a nadie a leer», indica.
Asimismo, al igual que hay «muchos hombres sin prejuicios que leen a mujeres y les gusta lo que escribimos», hay «un número considerable de hombres que todavía se resiste a la literatura escrita por mujeres o a protagonistas femeninas».
«Tienen todavía una venda en los ojos que ojalá tarde poco tiempo en quitarse», subraya.
Una vez dé por zanjada la gira de promoción de «Las hijas del Capitán» -la cual «por fortuna, está siendo larga e intensa»-, a Dueñas le tocará volver a ponerse detrás del escritorio y, a principios de año, definir cuál será su próximo proyecto literario.
«Tengo varias opciones en mente, muy distintas, tanto en momento histórico, en estilo y todo. No sé todavía por dónde voy a ir», asegura la escritora.