Roma.- Más de 1.500 personas han llegado en las últimas horas a las costas italianas, donde las fuerzas de seguridad han rescatado 5 cadáveres de migrantes en un pesquero a la deriva, mientras los barcos humanitarios Sea Watch 3 y Ocean Viking han rescatado a más de 600 náufragos en el Mediterráneo Central que ahora esperan un puerto seguro para desembarcar.
El Ocean Viking lleva a bordo 195 sobrevivientes, tras dos rescates efectuados hoy en botes hacinados no aptos para navegar, indicaron a Efe fuentes de la ONG Sos Mediterránee, que explicaron que los rescatados, entre los que hay muchas mujeres y niños, están exhaustos después de pasar horas en el mar bajo el sol.
La organización francesa, que lleva dos días en el Mediterráneo, ha notificado los rescates a las autoridades italianas, al igual que la alemana Sea Watch, cuyo barco Sea Watch 3 navega con 444 personas tras el último rescate, en que salvaron a 16 migrantes gracias al aviso de Alarm Phone, una línea de ayuda telefónica en el mar.
«Es difícil hacer estimaciones. Sabemos por experiencia que con buen tiempo las salidas se multiplican», dijeron a Efe las fuentes sobre el aumento de barcazas que estos días intentan llegar a Italia.
Un pesquero a la deriva con 674 personas fue rescatado este sábado a 124 millas de Calabria (sur) por un buque mercante, tres patrulleras de la Guardia Costera y una unidad de la Guardia di Finanza, que también encontraron a bordo de la embarcación 5 cuerpos sin vida, informaron hoy fuentes oficiales.
Los rescatados, muchos de ellos en el agua, fueron trasladados por un buque de la guardia costera puertos de Calabria y Sicilia (sur), tras una operación de salvamento en la que también intervinieron un avión de patrulla marítima de la Marina, que realizó el primer avistamiento, y un avión de Frontex.
La Guardia Costera había rescatado previamente a otros inmigrantes que se encontraban en embarcaciones en condiciones precarias de navegación y en una de las operaciones fue necesaria la intervención de un helicóptero de la base aérea en Catania para realizar la evacuación médica de una mujer.
Además, uno 900 migrantes, en su mayoría afganos, pakistaníes, sudaneses, etíopes, somalíes, nigerianos, senegaleses y eritreos procedentes de Libia, han desembarcado desde el sábado en la isla de Lampedusa (sur de Italia), cuyo centro de acogida vuelve a estar saturado con más de 1.300 personas, cuando su capacidad es para unos 350.
Hace sólo una semana, el hacinamiento y el estado de abandono del centro, con cerca de 2.000 personas y montañas de basura acumulada, llevaron a la Marina italiana a enviar un barco para trasladar a otras ciudades a cerca de 600 migrantes.
Las llegadas de barcazas a la pequeña isla italiana, la más próxima al continente africano, son continuas, a veces después de ser interceptadas por la Guardia costera, pero en muchas ocasiones los migrantes llegan directamente a las playas de Lampedusa.
«Lampedusa en emergencia», dijo hoy el líder de la Liga, el utraderechista Matteo Salvini, quien aprovechó la situación en ese centro para hacer campaña electoral para los comicios adelantados que se han convocado en el país tras la caida del Gobierno de Mario Draghi.
«El 25 de septiembre, los italianos podrán por fin elegir el cambio: volverán la seguridad, el valor y el control de las fronteras», añadió Salvini, que ya fue ministro del Interior en 2018 y que puso en práctica una política muy dura respecto a la inmigración que le ha llevado incluso a ser juzgado por evitar durante semanas el desembarco en inmigrantes en el país.