Ginebra – El número de migrantes fallecidos durante sus rutas a otros países desde que en 2014 esta estadística comenzara a ser registrada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha superado ya la barrera de los 50.000, indicó hoy esta agencia de Naciones Unidas en un comunicado.
La mitad de estas muertes confirmadas -la cifra real podría ser incluso mayor- se registraron en las rutas mediterráneas hacia Europa, en las que perdieron la vida al menos 25.104 migrantes, según el Proyecto Migrantes Desaparecidos, que desde 2014 hace un seguimiento actualizado de las víctimas de la migración.
Otros 9.000 fallecieron en rutas en África, y 7.000 en América, siendo en este caso especialmente peligrosa la travesía hacia Estados Unidos: sólo en la frontera de ese país y México se registraron 4.000 decesos.
Otras 6.200 muertes se produjeron en rutas de Asia, continente donde es mayor el porcentaje de niños entre las víctimas (717, o un 11 por ciento, que incluyen 436 refugiados rohinyas).
Otras rutas con elevada mortalidad mencionadas en las estadísticas de OIM son la que une el Cuerno de África con Yemen, donde se han confirmado al menos 522 fallecimientos, y la de Siria a Turquía (264 muertes).
OIM denuncia que, pese al alto número de víctimas a nivel global, «poco se ha hecho por parte de gobiernos de países de origen, destino o tránsito con el fin de afrontar la crisis que supone esta desaparición de migrantes».
El informe subraya además el alto número de víctimas que no han podido ser identificadas, ya que se desconoce el nombre o lugar de origen de un 60 % de ellas (más de 30.000, incluidas 16.000 que desaparecieron en las rutas mediterráneas).
De los sí identificados, 9.500 procedían de países africanos, 6.500 de Asia y 3.000 de América, siendo Afganistán, Siria y Birmania (Myanmar) las principales naciones de origen de estas víctimas.