Fotografía de archivo fechada el 7 de abril de 2020 que muestra a una mujer mientras trabaja desde su casa en Santiago (Chile). EFE/Alberto Valdés Gómez

San Francisco – Más de la mitad de los trabajadores de Latinoamérica se plantean un cambio profesional este año, tras meses de sentirse exhaustos y aislados en el trabajo a causa de la pandemia de la covid-19, según un informe publicado este lunes por Microsoft basado en encuestas y datos de LinkedIn.

Esta cifra, del 53 %, es superior a la de la media de trabajadores del mundo, un 46 % de los cuales se plantean un cambio similar, lo que apunta a un mercado laboral altamente dinámico en los próximos meses en la región, especialmente una vez que el virus pase a estar controlado y la actividad económica se revitalice.

UNA SUBIDA DEL 30 AL 46 %

«Antes de la pandemia, sólo el 30 % de los trabajadores en el mundo planeaban un cambio de empresa en los siguientes dos años», dijo a Efe la vicepresidenta de Microsoft para la Transformación de los Puestos de Trabajo, Emma Williams.

«La drástica caída en el número de empleados que quieren seguir en sus puestos actuales significa que las empresas podrían perder a muchos de sus trabajadores si no se adaptan a las nuevas expectativas creadas por la pandemia», apuntó.

En opinión de Williams, los datos indican que el modelo más viable de cara al futuro es un sistema híbrido, que permita a algunas personas trabajar en la oficina y a otras desde casa y que participen en reuniones y el día a día a través de pantallas.

El Índice de Tendencias Laborales de la firma estadounidense fue elaborado a partir de más de 30.000 encuestas a trabajadores de 31 países y el análisis de billones de datos del software Microsoft 365 y el portal laboral LinkedIn, de su propiedad.

LAS MUJERES Y LOS JÓVENES QUIEREN TRABAJO REMOTO

El trabajo remoto resulta particularmente popular entre las mujeres y los miembros de la generación Z, es decir, aquellos nacidos en la primera década de los 2000, que justo ahora se incorporan al mercado laboral.

Durante el último año, en plenas restricciones por la covid-19, las ofertas de puestos de trabajo totalmente remotos en LinkedIn se han quintuplicado, una tendencia que Williams no espera que cambie con el fin de la pandemia.

Pero el trabajo remoto también tiene efectos negativos y, tras un año sin acudir físicamente a sus puestos de trabajo, muchos empleados se sienten «exhaustos» y «aislados».

En el caso concreto de los latinoamericanos, estos dicen estar menos «quemados» por el trabajo que la media mundial, pero sin embargo la sensación de aislamiento por el hecho de trabajar desde casa es más fuerte en la región que en el resto del mundo.

«El 49 % de los trabajadores en Latinoamérica lamenta que las interacciones con sus colegas hayan disminuido, una cifra superior a la de la media mundial que se sitúa en el 40 %», apuntó la máxima responsable del informe.

CAEN LAS RELACIONES LABORALES OCASIONALES

El estudio muestra que las relaciones laborales más directas, es decir, aquellas en que los colegas forman parte de un mismo equipo e interactúan a diario, se han mantenido, pero sin embargo han bajado drásticamente aquellas consideradas ocasionales, es decir, entre miembros de equipos distintos o que habitualmente no trabajan juntos.

Son precisamente este segundo tipo de interacciones las que según los expertos más contribuyen a que las empresas no sufran lo que en el mundo profesional se llama «pensamiento de rebaño», es decir, que una única visión se apodere de todo el proceso creativo, sin recibir aportaciones desde otras perspectivas.

«La reducción de las relaciones interpersonales en el ámbito laboral pone la innovación y la creatividad en riesgo. Eso es algo que debe preocuparnos mucho de cara al futuro y a lo que los empleadores deben pensar cómo poner remedio», aseguró Williams.

Otro de los efectos sobre las relaciones laborales de este año de pandemia es que ha permitido que los trabajadores puedan ser más «auténticos» en el lugar de trabajo y mostrarse tal y como son, como demuestra el hecho de que uno de cada seis reconoce haber llorado enfrente de uno de sus colegas.