Madrid – El neerlandés Max Verstappen, que ya había dejado prácticamente resuelto el campeonato antes de las vacaciones, dio otro paso gigantesco para revalidar el título al ganar este domingo, remontando trece puestos, el Gran Premio de Bélgica; el decimocuarto del año, en el que lideró -junto al mexicano Sergio Pérez- un nuevo ‘doblete’ de Red Bull y que el español Carlos Sainz (Ferrari), que había salido primero, concluyó en la tercera plaza.

Verstappen, de 24 años, completó otra bárbara exhibición, anotándose su noveno triunfo del año, el vigésimo noveno en la categoría reina, con vuelta rápida incluida, en uno de los templos sagrados de la F1. En el que remontó trece plazas y encabezó el cuarto ‘doblete’ del año de Red Bull, en una carrera que el otro español, el doble campeón mundial Fernando Alonso (Alpine) concluyó quinto; y tras la cual la escudería austriaca reforzó su ventaja en ambos campeonatos.

El nuevo ídolo deportivo de los Países Bajos regresaba de las vacaciones con 80 puntos de ventaja, suficientes para no arriesgar, después de haberse exhibido en Hungría, donde asestó un inmenso golpe psicológico al ganar desde el décimo puesto de parrilla en una pista en la que es muy difícil adelantar. Pero ‘Mad Max’ no echa cuentas: a él sólo le vale ganar. Y, en esta ocasión, en un circuito en el que sí es posible hacer adelantamientos, su talento y su condición de súper-depredador insaciable quedaron de nuevo constatadas; sobre un coche que va como un cohete y con el que casi nadie dudaba de que alcanzaría los puestos de honor.

Sin embargo, antes de superarse la mitad del recorrido la joven estrella neerlandesa ya encabezaba la prueba; y, tras anotarse un nuevo éxito, lidera ahora el Mundial con 284 puntos, 93 más que ‘Checo’, que tras firmar su vigésimo segundo podio en la F1 ya es segundo en un campeonato en el que Sainz ha ascendido al cuarto puesto. Con 171 unidades, después de subirse por decimotercera vez -la séptima esta temporada- a un cajón de la división de honor del automovilismo.

Los podios del Pérez y de Sainz ya son dignos de elogio. Pero coincidieron con la coronación definitiva del nuevo rey de la Fórmula Uno; el que la pasada temporada destronó al séptuple campeón mundial inglés Lewis Hamilton (Mercedes). En Spa, Max presentó la ‘Fórmula Verstappen’. Y ‘Checo’ -«Max estaba en otro planeta»- y Carlos -«Red Bull está en otra liga» fueron sus invitados de honor.

Red Bull también apunta cada vez con más claridad al Mundial de constructores, que encabeza ahora con 475 puntos, 118 más que Ferrari.

Alonso -que el año que viene correrá en Aston Martin- completó otra gran carrera, exprimiendo a tope su Alpine para acabar quinto. El doble campeón mundial asturiano se benefició, justo al final, de la sanción de cinco segundos al monegasco Charles Leclerc (Ferrari) -por exceder la velocidad en el ‘pit lane’- e intercambió puestos con el compañero de Sainz; en una carrera en la que el inglés George Russell (Mercedes) acabó cuarto.

El piloto madrileño, que el sábado había firmado su segunda ‘pole’ desde que corre en la F1, partía primero, en una formación con el mejor resultado español hasta la fecha, con el genial piloto asturiano arrancando tercero; en la primera parrilla de la historia cuyo trío cabecero era íntegramente hispanohablante, en la que el mexicano de Red Bull partía desde la segunda plaza.

Verstappen -que fue, muy de lejos, el más rápido durante todo el fin de semana- y Leclerc, penalizados por cambiar motor, iban a arrancar decimoquinto y decimosexto, pero avanzaron una plaza en parrilla dado que el japonés Yuki Tsunoda (Alpha Tauri), que iba a salir decimotercero, se unió a última hora al grupo de sancionados y lo hizo desde el ‘pit lane’ del mítico circuito de las Árdenas. Cuya continuidad en el calendario parecía cuestionada y del que este domingo se confirmó que, de momento, seguirá en el mismo en 2023.

A última hora, también se quitó del camino de los entonces dos primeros del Mundial -Leclerc es ahora tercero, con 196 puntos- el francés Pierre Gasly, que al igual que su compañero nipón arrancó desde el ‘pit lane’.

En total, ocho pilotos afrontaron la prueba con penalización, convirtiéndola en una suerte de dos carreras en una: la que se iba a librar por delante; y la de la zona trasera. Aunque al final todo se redujo a confirmar una idea: que sólo una tragedia monumental evitará que Verstappen revalide corona y que Red Bull vuelva a festejar un título por equipos.

Todos los sancionados -entre ellos el inglés Lando Norris (McLaren), Ocon (compañero de Alonso, que acabaría séptimo), y Bottas, que este domingo festejó su 33 cumpleaños con una retirada en la segunda vuelta- salieron con neumáticos blandos, al igual que Sainz. El resto, lo hizo con medios.

Carlos salió como un tiro; al igual que Alonso, que rebasó a ‘Checo’, al que también pasaron a las primeras de cambio los dos Mercedes. Hamilton le cogió el rebufo al español; pero, al intentar pasarlo, le cerró de forma irregular y ambos se tocaron, perdiendo varias posiciones, lo que benefició al mexicano, que recuperó la segunda plaza; y acabó con el séptuple campeón mundial inglés, cuarto en parrilla, retirado a las primeras de cambio.

En la segunda vuelta, Verstappen ya era octavo, poco antes de que nuevos toques enviaran a la grava a Bottas, provocando la entrada en pista del coche de seguridad, con Russell en la tercera plaza y Fernando en la cuarta. Posiciones que se mantuvieron en la re-salida, que ejecutó de nuevo con maestría Sainz, cuyo compañero Leclerc tuvo que parar, con problemas en la rueda delantera derecha, y afrontó el resto de la carrera desde la decimoséptima plaza.

En el séptimo giro, ‘Mad Max’ ya apuntaba a la cuarta plaza de Fernando, que capturó sin ningún problema antes de alcanzar la parte alta de la pista más larga del Mundial (7.004 metros).

La temperatura fue la más del fin de semana. Se corrió con cielo azul, a 21 grados centígrados ambientales, pero con 36 en pista -bastante más que en las jornadas previas-, por lo que la gestión de los neumáticos fue, de nuevo, importantísima.

En la octava de las 44 vueltas, es decir, antes de llegar a la quinta parte del recorrido total, Verstappen superaba a Russell y ya rodaba tercero, en puestos de podio. Marcando vueltas rápidas y a cuatro segundos de Carlos, que acusaba la degradación de las gomas.

Tras la 11 pararon Sainz, que cambió a medios, y Fernando -que repitió ese compuesto-, poco antes de que ‘Mad Max’ rebasase (obviamente, sin problemas) a ‘Checo’ y tomase el liderato de la carrera. El madrileño regresó a pista sexto y dio cuenta del australiano Daniel Ricciardo -que cuando acabe la temporada dejará de ser piloto de McLaren- para situarse quinto, antes de pasar al cuádruple campeón mundial alemán Sebastian Vettel (Aston Martin) -octavo este domingo- y, aprovechándose de la parada de Russell, subir al tercer puesto en la decimocuarta vuelta.

‘Checo’ paró en la 15 y regresó tercero, defendiéndose de los ataques de Leclerc, que ya había ascendido a la cuarta plaza.

Verstappen entró a garajes en la 16, instaló medios, y Sainz recuperaba la cabeza de carrera, aunque con el acoso inmediato -con neumático fresco- del neerlandés, cuando Alonso rodaba en la sexta posición. Y tras marcar una nueva vuelta rápida, ‘Mad Max’ superaba a Carlos en la recta posterior a Eau Rouge del decimoctavo giro.

Red Bull no comanda el Mundial de constructores por casualidad y ‘Checo’ adelantó a Carlos en la 21; momentos en los que, antes de alcanzarse el ecuador de la prueba, la escudería austriaca anunciaba que saldría de Spa con ambos lideratos reforzados. Tal y como sucedió.

A partir de ahí, Verstappen y el bravo piloto tapatío sólo tuvieron que gestionar el éxito, antes de festejar un nuevo ‘doblete’ para la escuadra austriaca.

Intentando protegerse de Russell, Carlos instaló el duro en la 26; en la que también pararon su compañero monegasco -que puso medios- y Alonso, que cambio a duros para afrontar el resto de la carrera desde el decimotercer puesto. Una después, ‘Checo’ instaló el compuesto más rígido, con el que llegó hasta meta para festejar su vigésimo segundo podio en la F1. Y en la 31 Verstappen, con parada gratis, colocó los medios con los que llevó hasta meta su vigésimo novena victoria en la categoría reina

Russell amenazaba el podio de Sainz, que lo aguantó como un auténtico campeón hasta la meta, en una sensacional labor de contención, extrayendo lo máximo posible de una carrera diseñada para Red Bull. Leclerc paró el final, en busca del punto extra de la vuelta rápida; pero acabó perdiendo dos; ya que no sólo no consiguió el mejor giro de carrera, sino que perdió la quinta plaza, en favor de Alonso, al ser penalizado con cinco segundos por exceder la velocidad autorizada en el ‘pit lane’. Y, sólo gracias al abandono de Hamilton, Ferrari se conformó con ampliar la ventaja que le lleva a Mercedes en el campeonato por equipos.

Con otra exhibición, quedó instaurada definitivamente la Fórmula Verstappen: que alcanzará su momento álgido de la temporada el próximo fin de semana, cuando el astro neerlandés entre, bajo palio, en Zandvoort: sede del Gran Premio de los Países Bajos.