Madrid – Nunca vivió Kylian Mbappé un momento tan bajo de efectividad y falta de confianza. En un periodo en el que estaba llamado a dar un paso al frente en liderazgo ante la ausencia de Vinícius Jr., las derrotas en Anfield y San Mamés con sus penaltis fallados, sumado a las ocasiones marradas, sitúan el foco sobre la figura del delantero francés.

Fuera de su selección y con una adaptación más compleja de lo esperado en el Real Madrid, Mbappé atraviesa por unos momentos duros en su carrera. Titular en las cinco derrotas del conjunto madridista. Sin marcar al Lille, Barcelona, Milan, Liverpool y San Mamés en esos días en los que se esperaba un grito de liderazgo de uno de los mejores jugadores del mundo. Autor de dos tantos en sus ocho últimos encuentros del blanco.

Consciente de su bache, Kylian quiso dar explicaciones tras la cita en San Mamés. Después de tener la personalidad que de él se espera para ir a por el balón para chutar un penalti. No la tuvo ante el Getafe cuando aún tenía presente el error de Anfield en el lanzamiento. Y no fue acompañada por convicción a la hora de chutar. Sin mirar nunca al portero rival, con la mirada desviada hacia el colegiado y un golpeo blando tras el silbido. Al mismo lado donde erró ante el Liverpool.

«Demostraré quién soy». Así cerro su mensaje dirigido al madridismo, demostrando sensibilidad y consciencia de la situación que atraviesa. «Él es consciente de lo que está haciendo y de lo que puede y va a hacer. Es un jugador que no está sacando su mejor versión. Hay muchos que no la sacan y no son conscientes. Él lo es y hace todo lo posible para lograrla lo antes posible. Estamos con él», aseguró Carlo Ancelotti respaldando públicamente a su jugador antes de la visita al Girona.

El último partido del Real Madrid sin Vinícius. Una nueva oportunidad para que Mbappé recupere parte de una identidad perdida y se aleje del bloqueo mental que sufre. Un jugador menos desequilibrante y con una pegada menor. Voluntad sin premio pero con brotes verdes que valora su entrenador.

«Los dos últimos partidos a nivel de intensidad de juego ha mejorado mucho. Hizo 600 metros ante el Getafe de intensidad de velocidad y 500 contra el Athletic», resaltó ‘Carletto’ que hace semanas justificó la falta de implicación defensiva de su jugador asegurando que tenía libertad para pensar solamente en atacar.

La falta de confianza de Mbappé es palpable en el número de errores en el pase, sus penaltis fallados recientes y la efectividad en remates comparada a sus etapas pasadas. En el Real Madrid ha necesitado 93 tiros, de los que 44 fueron a portería rival, para marcar 10 goles.

Tiene un 22,73% de efectividad según datos de BeSoccer para EFE que apunta que según el diferencial xG, ha marcado seis goles menos de los esperados tras su participación en 20 encuentros.

Un porcentaje que contrasta con la imagen arrolladora de Mbappé en sus primeros pasos en la élite, cuando llamó la atención de todos los clubes grandes despuntando en el Mónaco. Un 45,76% de efectividad con 96 disparos, 59 a puerta y 27 goles.

Lo sostuvo en sus años en el París Saint-Germain, con un 42,38% de efectividad, jugando ya más por dentro en su último año con Luis Enrique Martínez al mando, que por la banda izquierda donde está más cómodo. En el conjunto parísino realizó un total de 1.157 disparos, 604 a puerta rival, para lograr hasta 256 goles.

También en la selección francesa ha sido hasta el momento un jugador más decisivo en la estadística que en el Real Madrid. De los 277 disparos que realizó como internacional, 132 fueron a puerta y 48 fueron goles. Un 36,36% de efectividad.

Pese a todo, la confianza que muestra Ancelotti en el jugador, con el que ha intensificado las charlas personalizadas para encontrar soluciones rápidas, es compartida en el club. Nadie duda de que Mbappé acabará encajando en el Real Madrid y volverá a ser el jugador decisivo que provocó siete años de espera.

Antes del cierre de un 2024 que el delantero francés no guardará entre sus mejores años, tendrá partidos importantes como Girona o Atalanta para dar un giro a su situación, y la oportunidad de ganar su segundo título con el Real Madrid en la final de la Copa Intercontinental. En el primero, la final de la Supercopa de Europa, no pudo protagonizar un mejor inicio siendo decisivo con un gran gol en un arranque a la altura que el madridismo espera de Mbappé.