Madrid – Con más de 20,000 flores de cempasúchil de papel, una icónica calavera de 13 metros de altura y múltiples piezas de arte popular mexicano, la Fundación Casa de México en España ofrece estos días a los madrileños la posibilidad de visitar su mega altar de Día de Muertos, que en su quinta edición está dedicado a la artista Frida Kahlo.

Esta tradición, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, ha sido “muy bien recibida” en el país europeo, a tal punto que hay grandes colas para visitar el altar, llegando a entrar al edificio en un solo día hasta 3,000 personas, y las visitas guiadas para 35.000 «se han agotado en tres días”, según dijo a EFE Nuria Sadurní, subdirectora de la Fundación.

México comparte con España esta tradición que data de la época prehispánica y simboliza el encuentro entre los vivos con sus familiares fallecidos, pero sin una connotación de tristeza o sufrimiento; por el contrario, estas fechas son días de celebración.

Un día de celebración

“El día de muertos en México es una tradición que se celebra con muchísimo gusto porque es el día que recordamos a la gente querida que ya no está con nosotros, y celebramos la vida, es una fiesta de goce, de compartir”, alude Sadurní.

El altar de este año está diseñado y conceptualizado por la Fundación Casa de México en colaboración con el Museo Dolores Olmedo; la exposición incluye dos altares, el principal que es una instalación artística y otro más pequeño que simula a los que hay en los hogares mexicanos.

En el altar principal destaca una fotografía de Kahlo realizada por Manuel Álvarez Bravo en 1930, en la que se le aprecia sentada observando a los visitantes sorprendidos. A su lado aparece el pintor muralista Diego Rivera, su esposo, y la coleccionista de arte Dolores Olmedo, a quienes también se les dedica el altar.

Como pieza central se encuentra una obra de cartonería del artesano mexicano Wido Ramírez, en la que reinterpreta «El Venado Herido», conocido autorretrato que la artista mexicana pintó en 1945 para expresar su dolor físico y emocional después de someterse a una operación de columna vertebral.

Los elementos indispensables en cualquier altar son “la foto, la comida, las calaveritas de azúcar y el pan de muerto”, según Sadurní, quien también profundiza en que sin duda alguna el elemento más importante es la fotografía del difunto para recordarlo y que no sea olvidado.

Dedicatorias para los fallecidos

La visita incluye la posibilidad de escribir en papelitos de colores un recuerdo o una dedicatoria al ser querido que ya no está, supliendo las fotografías, lo cual ha tenido “mucho éxito”, según los propios empleados de la Casa de México.

La flor de cempasúchil, típica en esta temporada, tiene un protagonismo especial en el altar principal, ya que se usaron más de 20,000 piezas de papel para mantener el adorno durante más de un mes.

Pero la función de estas flores va más allá del adorno, al igual que las velas, pues se colocan para “iluminar el camino de las almas y que no se pierdan de ida y de regreso al lugar del descanso”, explica Sadurní.

También el papel picado (hecho en papel china), el cual representa el aire, que al moverse anuncia la llegada de los difuntos, tiene que ver con “las almas que vienen a compartir los alimentos con los vivos”.

Y más allá del altar, la experiencia de esta tradición se puede ver desde la calle con una calavera de 13 metros de altura que recibe a los visitantes, y en la entrada principal del edificio se aprecia un tzompantli de calaveras (muro de cráneos) de barro negro realizadas por artesanos del Estado de Oaxaca.

El artesano mexicano Luis Piña también se une a la decoración con sus medallones y corazones de hojalata repujada, técnica artesanal que consiste en trabajar planchas de metal para obtener una figura ornamental en relieve.

A lo largo de la exposición también se encuentran otros elementos como árboles de la vida, alebrijes, tapetes y piezas de barro negro para que los visitantes conozcan más sobre la cultura mexicana y no solamente del Día de Muertos.