Chicago – La inmigrante mexicana Edith Espinal, protegida de la deportación desde hace más de dos años en una iglesia de Columbus (Ohio) y multada por ello, divulgó un video este viernes para solicitar a precandidatos presidenciales demócratas que visitan Columbus que también pasen a verla.
«Todos los candidatos demócratas dicen que apoyan a las familias inmigrantes como la mía, y es el momento en que pueden demostrar ese apoyo», dice Espinal en el un vídeo divulgado a través del Movimiento Cosecha, que la apoya.
Doce precandidatos demócratas estarán durante este fin de semana en Columbus, en actividades previas al cuarto debate presidencial que realizarán el martes en la Otterbein University, en Westerville, Ohio.
«Los voy a estar esperando en la Iglesia Menonita», agrega la inmigrante de 43 años.
Originaria de Michoacán y con más de 20 años de residencia «sin papeles» en Estados Unidos, esta madre de tres hijos, dos de ellos ciudadanos estadounidenses, declaró a Efe que no pierde la esperanza de regularizar su estatus y permanecer en el país.
Mediante la «invitación abierta» a los precandidatos, «quiero que me vengan a visitar para conocerlos, preguntarles qué piensan hacer por los indocumentados si ganan, y pedirles que me ayuden a salir del santuario», dijo.
Espinal y su esposo salieron voluntariamente de los EE.UU. en 2009 tras ser detenidos por Inmigración, y regresaron en 2013 durante una campaña humanitaria de apoyo a los padres de hijos ciudadanos y de los «soñadores».
Esa vez pidieron asilo político, que les fue denegado en 2015 y 2017. Ante una inminente deportación, Edith pidió santuario en la iglesia, donde ha permanecido «exactamente 737 días», informó.
Carlos Rojas, del Movimiento Cosecha, dijo a Efe que Espinal «es fuerte y tiene muchas ganas de luchar», y además cuenta con amplio apoyo religioso y de la comunidad en Ohio.
En la opinión del activista, la presencia de 12 precandidatos en Columbus puede ser una oportunidad para que «se comprometan con una persona que representa a 11 millones de indocumentados que viven con miedo a la deportación».
«Nunca he perdido la esperanza y la fe y estoy haciendo todo lo posible para quedarme junto a mis hijos», sostuvo Espinal, a quien Inmigración le ha sumado otro obstáculo.
«En julio me enviaron una carta donde dicen que tengo que pagar una multa de 497.777 dólares por resistir la deportación, algo completamente imposible», señaló.
La abogada de inmigración Lizbeth Mateo, quien representa a Espinal, explicó a Efe en julio pasado que ICE dio un plazo de treinta días para que pague la multa.
«Definitivamente no vamos a pagar, no tenemos esos recursos y en este momento necesitamos un apoyo real, acciones que detengan estos ataques», advirtió entonces Mateo.
Junto a Espinal, enfrentan multas similares las guatemaltecas Hilda Ramírez y María Chavalan Sut, con cuotas de 303.620 y 214.132 dólares, respectivamente, todas ellas refugiadas en iglesias, por lo que la abogada de la mexicana calificó el hecho como una «extorsión».
La multa de Espinal se basa en el Acta de Inmigración y Nacionalidad promulgada en 1952 que permite multar a quienes se les ha ordenado la deportación, y no se han ido. Por día, la imposición civil es de 799 dólares.