Ciudad de México – El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo este lunes que su Gobierno busca que Guatemala indulte al exlíder guerrillero Julio César Macías López, alias César Montes, y darle asilo en México.

“Es una persona, un dirigente que participó en Guatemala y está acusado de algunos delitos, está preso, ya es una persona mayor y sí se está buscando con Guatemala ver la posibilidad de que se le indulte y que se venga a México, que se le dé asilo en nuestro país, ya lo estamos viendo”, expresó el mandatario durante su rueda de prensa matutina.

La Interpol arrestó a Macías López en octubre de 2020 en el sureño estado mexicano de Guerrero bajo acusaciones de asesinato en 2019, entre otros cargos, y los agentes lo entregaron después al Gobierno guatemalteco.

El exguerrillero tenía órdenes de captura por diferentes delitos, entre ellos asesinato, asociación ilícita y usurpación agravada, por lo que se había solicitado su captura internacional.

López Obrador no ofreció más detalles sobre su justificación para indultar a Macías López ni sobre las gestiones diplomáticas sobre su indulto.

Macías está vinculado a la muerte de tres soldados del Ejército de Guatemala el 3 de septiembre de 2019, durante un patrullaje en el departamento de Izabal (noreste).

De acuerdo a las autoridades, los soldados fueron capturados por personas bajo el mando de Macías y fueron asesinados por su orden.

Macías fue uno de los fundadores en la década de 1960 del grupo guerrillero Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) y uno de los dirigentes de la antigua guerrilla Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG, ahora partido político), de la que llegó a ser comandante.

Montes aseguró a EFE en una entrevista en agosto de 2020 que era objeto de una campaña de odio que inició en febrero de 2019 debido principalmente a sus labores en la fundación que dirige, denominada Turcios Lima, en la que aseguraba haber aglutinado a más de 11.000 miembros campesinos, entrenados y uniformados.

El conflicto armado interno en el país entre la Guerrilla insurgente y el Estado se extendió durante 36 años (1960-1996) y dejó más de 200.000 muertos y 40.000 desaparecidos, la mayoría de ellos masacrados a manos del Ejército de Guatemala, según diversos informes de organismos internacionales.