México – El secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, sostuvo este jueves que en octubre el número de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos se verá reducido a los niveles promedios habituales previos a la crisis migratoria iniciada a finales del año pasado.
«Estaríamos llegando para el mes de octubre, aproximadamente, a los promedios históricos de los flujos migratorios hacia Estados Unidos», aseveró Ebrard en rueda de prensa en Palacio Nacional donde hizo balance de la política migratoria mexicana.
De acuerdo con el canciller, el próximo mes las entradas irregulares a Estados Unidos disminuirían por debajo del promedio histórico de los últimos cinco años, que es de 23.157 migrantes centroamericanos mensuales y 16.691 migrantes mexicanos.
Así lo informó Ebrard al Gobierno estadounidense el martes pasado en la reunión que mantuvo en la Casa Blanca con el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, para analizar los avances a 90 días del acuerdo migratorio alcanzado entre ambos países.
En el encuentro, el canciller explicó que desde junio, cuando México aceptó desplegar la Guardia Nacional en la frontera con Guatemala para evitar la imposición de aranceles estadounidenses a sus productos, el flujo migratorio se redujo en un 58,7 %.
Según explicó este jueves en rueda de prensa, esta reducción se logró con tareas de «inteligencia y disuasión», y con «apego a los derechos humanos» de los migrantes que atraviesan México, en su mayoría centroamericanos.
«En síntesis, fue una reunión productiva y estaremos muy pronto alcanzando los números de flujos migratorios que han sido observados históricamente en los últimos años», insistió Ebrard.
También explicó que en la reunión con Pence, el Gobierno mexicano estableció como «prioridad» el control del tráfico de armas entre Estados Unidos y México, ya que el 70 % de los crímenes que se cometen en el país latinoamericano están relacionados con armas de fuego provenientes de Estados Unidos.
«El objetivo último de México es congelar el tráfico de armas en la frontera y para ello necesitamos la participación de las autoridades norteamericanas», dijo Ebrard, quien admitió que es «un objetivo difícil de alcanzar» pero al que no renunciará.
Según expuso, el 41 % del tráfico de armas viene de Texas, mientras que el 19 % lo hace de California y el 15 % de Arizona.
Asimismo, ambas delegaciones dieron seguimiento de tres proyectos de cooperación para el desarrollo de empresas e infraestructuras en el sur de México, para los cuales Estados Unidos se comprometió a aportar 1.256 millones de dólares.
Ebrard definió como «medida sin precedentes» la resolución del Supremo de Estados Unidos de este miércoles que dio luz verde a denegar el asilo de inmigrantes indocumentados, aunque dijo que el Gobierno mexicano todavía debe analizar el «impacto» de esta medida.
Además, justificó la oposición de México a la invocación que doce países hicieron del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) para enfrentar la situación que vive Venezuela.
«Nos preocupa que se esté pensando en una solución militar respecto a Venezuela. Hoy es Venezuela pero mañana podría hacerse con cualquier tema de América Latina», alertó.