Propietarios de locales realizan preparativos el pasado lunes 1 de junio para una posible apertura de establecimientos comerciales, en la ciudad de Guadalajara, estado Jalisco (México). EFE/Francisco Guasco

México – La estrategia de reapertura económica y social del Gobierno mexicano ha chocado con la cruda realidad al registrarse cifras récord de contagios de coronavirus en el país, que superó ya los 100.000 casos, mientras persisten las dudas sobre si se ha llegado al máximo en la evolución de la pandemia.

El miércoles se produjo la cifra récord de mil muertes en un solo día y el número de contagiados superó los cien mil, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha reiterado que ya se había «domado la pandemia».

México se convirtió además el miércoles en el segundo país con más fallecidos por coronavirus diarios con 1.092 decesos en el mundo, detrás de Brasil, justo cuando el pasado lunes el Gobierno acordó la reactivación de su vida económica y social tras más de dos meses de confinamiento.

«Esto nos da un baño de realidad. Ahora lo que debemos analizar es la tendencia de la curva y caer en cuenta que estamos en el pico más alto de la emergencia», dijo a Efe Xavier Tello, médico cirujano y consultor en comunicación en salud.

México informó de su primer caso confirmado de coronavirus el 28 de febrero y desde entonces había presumido que los contagios habían subido lentamente, lo que ha llevado a López Obrador a declaraciones optimistas que no se cumplen.

Los nuevos casos siguen aumentando con apenas algunos signos de descenso en algunas ciudades, mientras el número de muertes se ha mantenido alto durante varios días.

«Ante este panorama y desde el punto de vista científico es un error dramático el desconfinamiento, pero en un país como México es necesario reactivar la economía», dijo Tello.

López Obrador admitió este jueves que el millar de muertes en un solo día «seguramente generaron preocupación en el país», pero pidió que «no haya psicosis ni temor».

Asimismo, atribuyó el brusco aumento de más de mil muertos por COVID-19 en 24 horas a un «ajuste» de cifras oficiales, que sumaron decesos de varios días anteriores que no se habían contabilizado hasta ahora.

CONTROVERSIA POR FALTA DE PRUEBAS

Una de las principales críticas al Gobierno en el manejo de la pandemia ha sido la política de no aplicar pruebas masivas para detectar el virus.

«Pese a ser el país más rico de Latinoamérica, está en el nivel más bajo de número de pruebas per cápita y así es imposible saber la magnitud real de la epidemia, es difícil planear la respuesta y la reapertura de la economía es muy complicada», indicó a Efe Julio Frenk Mora, quien fue secretario de Salud de México entre 2000 y 2006.

Las proyecciones del Gobierno se han basado hasta ahora en modelos matemáticos hechos con datos recabados por la Secretaría de Salud, pero Frenk considera que, al tener subestimados el número de contagios y de muertos, «ahora se están pagando las consecuencias».

Los expertos consideran que el número oficial de muertes es solo un 25 % del total.

Hasta este jueves, México acumula 11.729 muertos y 101.238 contagios y ha creado una comisión técnica para identificar la mortalidad no observable por COVID-19

MENSAJES CONFUSOS

A esta falta de pruebas, a decir de Frenk Mora, otro factor que ha influido en el incremento del número de contagios y muertos son los errores de comunicación del Gobierno mexicano.

«(Las autoridades sanitarias) han dado mensajes contradictorios», apuntó.

Hace unos días, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, contradijo a López Obrador, quien aseguró reiteradamente que «la epidemia ya ha sido domada» al señalar que esto aún no ocurre «ni en México ni en el mundo».

Además la conclusión de la Jornada de Sana Distancia fue confusa «pues no es correcto decir que ha terminado y que estamos en una nueva normalidad cuando estamos en el pico de contagios», dijo Tello.

A eso se suma el regreso a las giras del presidente «sin utilizar cubrebocas y rodeado de gente en eventos», ya que es un mensaje contradictorio cuando se sigue pidiendo a la población que se quede en casa.

En tanto, Frenk Mora destacó que la omisión de cifras concretas solo refleja la falta de transparencia de las autoridades para informar sobre la situación «la sociedad tiene derecho a saber cuántos se han contagiado, cuánta gente se ha muerto», enfatizó.

A principios de mayo, López Gatell indicó que el Gobierno «no oculta datos» sobre los fallecidos en el país y justificó que «no todas las muertes por COVID-19 se pueden demostrar» pues no a todas se les puede hacer la prueba a su llegada al hospital.

LEJOS DE LA NORMALIDAD

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró esta semana a América Latina como la región de mayor incidencia de contagios en la actualidad, pues rebasa los 3 millones de contagios.

El organismo agrupó a México con Brasil, Estados Unidos, Chile y Perú entre los países en los que más casos de coronavirus se han presentado y advirtió que sus sistemas de salud ya están comenzando a estar bajo presión.

Los hospitales mexicanos se han esforzado por tratar a las víctimas de coronavirus y el Gobierno ha expandido la capacidad hospitalaria, incluso con apoyo de la iniciativa privada y aún no se ha quedado sin camas, ha dicho López-Gatell.

Sin embargo, Xavier Tello dijo que lo que ahora no se puede hacer es volver a una «nueva normalidad» sin saber quién está infectado y quién tiene anticuerpos: «tenemos que hacer pruebas» insistió pues de no ser así se «se verá no un rebrote, sino un incremento de casos que saturará el sistema de salud».

La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum reiteró este jueves que la Ciudad de México se encuentra en semáforo rojo y que el reporte del miércoles se debe a los registros atrasados.

Aseguró que las interpretaciones de las cifras pueden ser que la pandemia se ha estabilizado «o que estamos en términos de un pico muy largo».