Washington – El Gobierno insistió hoy en que México debe «hacer más» para contener el flujo de indocumentados por su territorio y exigió, en concreto, expandir el alcance de un programa por el que los inmigrantes que piden asilo en el país deben esperar en territorio mexicano a que se tramite su solicitud.
La advertencia llegó un día antes de que el vicepresidente, Mike Pence, reciba en la Casa Blanca a una delegación liderada por el canciller de México, Marcelo Ebrard, para repasar los avances en el acuerdo migratorio bilateral alcanzado en junio, y que evitó la imposición de aranceles estadounidenses al país vecino.
«Necesitamos que México haga más. Necesitamos asegurarnos de que están manteniendo sus esfuerzos», dijo en una conferencia de prensa el encargado en funciones de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Mark Morgan.
El jefe de la CBP confirmó que, en agosto, su agencia detuvo o consideró inadmisibles a 64.006 indocumentados en la frontera sur, lo que refleja un descenso del 56 % desde el pico de 144.255 alcanzado en mayo, como adelantó Ebrard el viernes.
Sin embargo, y a pesar de los «pasos significativos y sin precedentes de México» para reducir esa cifra, Morgan opinó que «tienen que hacer más».
En concreto, aseguró que la Guardia Nacional mexicana debe «mantenerse en la tarea» de contener la entrada de indocumentados, en su mayoría centroamericanos, que llegan a la frontera de Guatemala con México.
También exigió que las autoridades mexicanas «sigan trabajando» con las agencias de inteligencia estadounidenses y que «mantengan y expandan el Protocolo de Protección de los Migrantes» (PPM).
La política estadounidense de PPM, más conocida como «Permanezcan en México», permite a Washington devolver al país vecino a aquellos indocumentados que llegan a la frontera y solicitan asilo (sin importar de dónde provengan) para que esperen allí a que se resuelvan sus casos en el país, un proceso que puede durar años.
Esa iniciativa comenzó a aplicarse a comienzos de este año en tres puntos de entrada en la frontera común y, en junio, dentro de las negociaciones para evitar la imposición de aranceles estadounidenses, México accedió a expandir la implementación del programa a lo largo de toda la zona limítrofe.
Morgan no aclaró cómo quiere el país que continúe ampliándose ese programa, que ya ha generado críticas por la dificultad de los abogados estadounidenses para defender a los inmigrantes que están en México y por los peligros que pueden enfrentar los indocumentados que esperan en algunas zonas de ese país, como Tamaulipas.
El jefe de CBP se mostró además «escéptico» sobre las perspectivas de cooperación con México a largo plazo, y «preocupado» por la posibilidad de que el país vecino y los de Centroamérica «no puedan sostener el nivel de compromiso que tienen ahora».
Morgan corroboró, además, que Washington sigue «absolutamente» interesado en impulsar un acuerdo de «tercer país seguro» con México, que podría permitir al país rechazar a los solicitantes de asilo si no han buscado primero refugio en el territorio mexicano.
El Senado mexicano ha rechazado esa posibilidad, y la Cancillería ha dejado claro que tampoco está abierta a ello, por lo que no está claro si Pence lo planteará como punto clave este martes.
«Seguimos hablando (sobre un posible acuerdo de ‘tercer país seguro’) no solo con Guatemala, Honduras y El Salvador, sino también con Panamá y con cualquier país que pueda cooperar en esto», subrayó Morgan.