Tegucigalpa (Proceso Digital) – El fenómeno de la migración sigue en auge en la región centroamericana, donde dos de cada diez personas quieren irse de sus países en los últimos cinco años, y en el caso de la infancia, la mayoría de los menores de 15 años, prefieren optar por migrar antes que estar en las aulas, asevera el experto en temas migratorios, Manuel Orozco.

-Cada vez más menores de 15 años optan por dejar las aulas para migrar, no se ven ganando 150 dólares en los próximos 10 años.

Orozco, miembro del Centro de Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, es un conocedor de décadas del fenómeno de la migración, dijo que muy poco se habla de la migración de menores. Una de cada 20 personas constituye menores no acompañados que salen de todo el mundo a la frontera entre México y Estados Unidos, y tres cuartas partes de ellos provienen de los países centroamericanos, en especial del llamado Triángulo Norte que conforman Guatemala, Honduras y El Salvador.

De estos países, Guatemala y Honduras son los que están experimentando el mayor número de menores migrantes no acompañados. “Cada día más chicos están prefiriendo irse del país que estar en las escuelas. El número de chicos que sale de Centroamérica es mayor al incremento anual de la matrícula de chicos en secundaria en Honduras y Guatemala”, alertó Orozco, en el marco de una conferencia magistral en el Ciclo de Actualización a Periodistas (CAP) impartida a periodistas de Guatemala, El Salvador y Honduras.

El CAP es una iniciativa de formación de periodistas del Triángulo Norte en diversos temas relacionados con justicia, democracia, estado de derecho, migración, cambio climático, libertad de expresión, desinformación y acceso a la información, entre otros, orientado a fortalecer las capacidades de los periodistas y sus conocimientos. Tiene su sede en Guatemala.

Datos de la Asociación por una Sociedad más Justa (ASJ), que monitorea el rumbo de la educación, indican que, en este año, al menos 300 mil menores en las edades de 3 y 17 años salieron del sistema educativo entre 2020 y 2022 y no lograron retornar a las aulas de clases en el 2023.

En tanto, cifras de la Secretaría de Educación revelan una caída dramática en la matrícula escolar en las ciudades gemelas de Tegucigalpa y Comayagüela que conforman el Distrito Central, donde se asienta la capital del país. La matrícula bajó en más de 18 mil menores.

En el 2022 se reportó una matrícula en el Distrito Central de 250 mil 985 estudiantes, pero ya en el 2023 ésta fue de 232 mil 294 y de acuerdo con los expertos, uno de los factores que está incidiendo en esa merma es el deseo de muchos jóvenes por migrar, a lo que suma la falta de oportunidades económicas, la violencia y la pobreza.

Para el experto Manuel Orozco, este deseo de los menores por migrar en forma irregular es una situación compleja y dramática, asociada a que los Estados carecen de las herramientas de cómo lidiar con este fenómeno, porque aparte de enfrentar los problemas de inseguridad y delincuencia, “desconocen que hay mucho chico que quiere irse desde muy temprana edad de sus países”.

El fenómeno migratorio se intensifica a partir de la recesión global en 2009.

Recesión global dispara fenómeno migratorio

La edad promedio de los menores migrantes no acompañados que sale de sus países es de 15 años, “son adolescentes que han hecho el costo de oportunidad de quedarse o irse y se dan cuenta que en 10 años vivirán como sus padres con un promedio de 100 a 150 dólares mensuales (de salario), aunado al hecho que conocen a alguien que llegó a Estados Unidos, hay un incentivo para irse”. Estos números son críticos, acotó.

Para Orozco, el fenómeno migratorio se intensifica a partir de la recesión global en 2009, a tal grado que han salido de los cuatro países de Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua) el equivalente mínimo a un 1% de su población año con año, la cual se acentúa con el período de la postpandemia.

Unas 350 mil personas este año van a entrar a Estados Unidos y representan la mitad de los que intentaron ingresar, donde 1 de cada 3 personas que salió de la región van a ingresar a Estados Unidos, señaló. Para el experto, este crecimiento migratorio que se dispara entre el 2015 y 2020, está relacionado con la fragilidad de los Estados: fragilidad política, económica e incapacidad de proteger a sus ciudadanos.

En Nicaragua, en dos años, han salido más de 300 mil nicaragüenses de sus casi 6,5 millones de habitantes, explicó. En el 2018, la intención a migrar se pronuncia sustancialmente, pues 2 de cada 10 hogares centroamericanos quieren irse de su país desde los últimos cinco años, con una tendencia creciente.

-En Honduras, las remesas en el 2022 fueron de 8,686 millones de dólares, es el pilar de la economía hondureña.

En El Salvador esa tendencia crece 24% en el 2019 al 34% a octubre 2021, igual en Nicaragua del 19% en el 2019 a un 33% en el 2022. Guatemala, se mantiene entre 15 y 20%.

En el caso de Honduras, la trayectoria histórica de la migración y el impacto sobre el crecimiento sin precedentes después de la crisis global refleja los siguientes datos: en 1990 se reporta un total de 156,594; en el 2000 (342,337), 2010 (587, 886), 2019 (800,707), 2020 (985,077) y 2023 (1,435,836). En Honduras, las remesas en el 2022 fueron de 8,686 millones de dólares. La migración es la respuesta a las decisiones económicas del país.

Según los conocedores del tema, una de las intenciones que acentúan el interés por migrar se asocia con el contexto de la pandemia con huracanes Eta e Iota, junto a los deterioros políticos y la tasa de crecimiento de las economías locales.

La tendencia migratoria ha dado origen a la creación de redes transnacionales donde, destacan los conocedores de las rutas migratorias, el paso e ingreso irregular de migrantes, detalla el experto, al señalar que en pleno siglo 21, aumenta la demanda de trabajadoras domésticas y 1 de cada 3 migrantes son trabajadoras domésticas en Estados Unidos que se desempeñan como niñeras, cuidadores de menores y limpiadoras domésticas.

Una mirada más integral al fenómeno

Pero advierte que el panorama se complica cada vez y que con el avance de la inteligencia artificial (IA), los migrantes van a enfrentar enormes desafíos para poder sobrevivir en un mercado altamente competitivo porque la mayoría de las personas no tienen una educación formal mínima de 6 grados, cuando hoy en día deberían tener una educación mínima de 14 años de estudio.

La complejidad de los entornos de los países debe ser considerada al momento de abordar y analizar el tema migratorio que, de acuerdo con el experto, es preciso desgranar esta dinámica desde una perspectiva individual, local y nacional.

En el plano individual, se debe tratar de entender el contexto de las decisiones vinculadas a las oportunidades que brinda la economía local a nivel municipal, las tasas de criminalidad, las tasas de la carga laboral, medir los efectos de los desastres naturales y como la situación política de los países inciden en la toma de sus decisiones de migrar.

Lo personal, lo regional y lo nacional, son factores que se deben relacionar para ver los efectos de migrar, asegura. Se encuentra también lo aspiracional, la perspectiva a futuro y el sentimiento de que esto no va a mejorar, influye bastante en la decisión a migrar, las opciones de quedarte en el país se reducen.

El crimen ha tenido un impacto importante en ciertos momentos para los efectos de migrar. En el caso de Honduras es un factor que se mantiene, pero ya no tanto en Guatemala, señaló. En Honduras uno de los factores migratorios está matriculado con la presencia del crimen organizado, y en El Salvador está relacionado con la violencia sexual y no necesariamente con las maras, esos datos son de hace cuatro años, indicó.

A fines 2020, se hizo una encuesta que coincidió que, en Honduras, una de las decisiones de emigrar se relacionó también con los embates de fenómenos naturales como Eta y Iota y el daño hecho a las viviendas de los afectados.

En Honduras, el corredor seco noroccidental se correlaciona con el tamaño de la migración. En el 2012, el 12% que habían salido de Honduras se relacionó con esa franja del territorio hondureño, en ese año el número se duplicó prácticamente a un 20%. Cuando un desastre natural afecta a una zona consecutivamente la gente tiende a irse del lugar, revelan los estudios hechos por los expertos, expuso el conferencista.

Orozco planteó algunos escenarios de posibles soluciones de contención a la migración como modernizar el sector informal, fortalecer la capacidad competitiva de los negocios informales mediante acceso al crédito y ofreciendo estrategias de comercialización y diversificación para ser más competitivos en su economía local.

Asimismo, la formalización del ahorro de las remesas, de los receptores de remesas, mediante cooperativas y bancos, y créditos de los municipios de donde viene la migración.

Finalmente, Manuel Orozco, fue enfático al indicar que entre mayor y más fuerte es el Estado de Derecho de un país, menor es la tasa migratoria, y entre menor y más frágil es la estabilidad política de un país, mayor es la tasa migratoria.