Atlanta (GA) – Luego permanecer más de tres años refugiado en una iglesia de Carolina del Norte, un inmigrante salvadoreño celebra el reencuentro con su familia en su hogar en Raleigh gracias a la orden del presidente Joe Biden de suspender de manera temporal las deportaciones.
«Salí el viernes de la iglesia de Durham donde estuve refugiado por tres años y siete meses, regresé a mi casa y pude pasar un fin de semana bien hermoso junto con mi familia», declaró este lunes a Efe José Chicas, un pastor pentecostal de 55 años que llegó a Estados Unidos en 1985 tras huir de la guerra civil que asolaba su país en ese entonces.
Chicas dijo que durante la administración del presidente Donald Trump se le emitió una orden final de deportación, por lo que decidió buscar refugio en una iglesia que le abrió las puertas para poder quedarse en Estados Unidos y evitar ser detenido por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).
Al igual que el salvadoreño, otros indocumentados que buscaron protección en templos también han podido volver a sus hogares luego de que el nuevo gobierno de Biden anunciara la semana pasada una suspensión de 100 días de las deportaciones de inmigrantes, aunque con algunas excepciones.
«Son muchos sentimientos. El gozo más grande es que pude llegar a mi casa y estar con mi familia. Mi niño más pequeño tenía 10 años cuando me fui. Ahora voy a estar con él, disfrutar más tiempo y poder salir libremente», manifestó Chicas, quien es pastor de la Iglesia Jesús el Pan de Vida y quien tiene otros tres hijos.
El padre salvadoreño lamentó que el Gobierno de Trump haya causado «tanto dolor» en la comunidad al separar familias y «dejar niños desamparados», pero se mostró optimista de que la administración de Biden hará una diferencia en la vida de los millones de inmigrantes que viven en el país sin papeles.
«Con el presidente Biden esperamos en Dios que pueda hacer un cambio y lo está haciendo. Vemos que lo está haciendo en las primeras horas de su gobierno», dijo Chicas, cuyo abogado le dio «la noticia de que ya podía salir» de la iglesia tras el anuncio del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
La agencia anunció en un comunicado que «durante 100 días, a partir del 22 de enero de 2021, el DHS suspenderá las deportaciones de ciertos no ciudadanos cuya deportación haya sido ordenada».
El secretario interino de DHS, David Pekoske, nombrado el pasado miércoles por Biden, explicó que el objetivo es «garantizar» que Estados Unidos tenga «un sistema migratorio justo y eficaz centrado en proteger la seguridad nacional, la seguridad fronteriza y la seguridad pública», por lo que ordenó «revisar y reiniciar» los protocolos.
El caso de Chicas se ha repetido en varias partes del país, donde se calcula que cerca de 150 migrantes estaban protegidos en iglesias, y la mexicana Francisca Lino abandonó el templo en el que pidió «santuario» en 2017 para evadir una orden de deportación.
Lino explicó a Efe que los tres años y medio en «santuario habían sido bien «difíciles» y que confiaba en no tener que regresar al templo y que las «deportaciones masivas ya no regresen».