Choluteca – Una oleada de migrantes que de diferentes regiones del mundo han abarrotado en las últimas semanas el sistema de registro de indocumentados en el sureño departamento de Choluteca, al punto que algunos de los extranjeros han tenido que esperar por más de 10 días y enfrentarse así a una pausa que les impacienta en su ruta hacia el norte del continente.
-El hogar La Esperanza está diseñado para albergar a 20 personas, pero en las últimas semanas han pernoctado en estas instalaciones hasta 50 extranjeros y la acogida se ha extendido en otros refugios improvisados.
-Estafadores buscan esquilmar los exiguos recursos de los migrantes.
Ante el inesperado número de migrantes, que en algunos de los últimos días supera los 500, la Iglesia Católica de Choluteca se ha visto en la necesidad de dar alimentación, cobijo y posada a decenas de emigrantes, la mayoría procedente de Cuba y de El Congo.
Los indocumentados buscan impacientes superar los trámites migratorios en una desbordada oficina de servicios, esa situación hace que estafadores se acerquen a los extranjeros y busquen esquilmarlos bajo la promesa de agilizar sus documentos y que puedan proseguir la travesía.
En su recorrido por Choluteca, el equipo de Proceso Digital conversó con el párroco de la catedral, el sacerdote Florentino González, quien manifestó que han habilitado el albergue La Esperanza, originalmente destinado para familiares de pacientes del Hospital Regional del Sur, para dar cobijo a las decenas de migrantes extranjeros que claman un poco de ayuda.
El religioso acotó que el albergue está diseñado para 20 personas, pero en los últimos días han albergado a más de 50 extranjeros por noche ya que los migrantes en tránsito por Honduras no tienen un lugar para descansar mientras esperan su turno para verificar sus datos personales en el Instituto Nacional de Migración (INM).
De esta manera la Iglesia Católica de Choluteca se ha convertido en un oasis en medio de la penuria para cientos de migrantes extranjeros que han llegado en las últimas semanas a la zona sur de Honduras.
“Procuramos al menos darles un tiempo de comida”
El párroco de la catedral de Choluteca explicó a Proceso Digitalque toda la ayuda que han brindado es gracias a la solidaridad de la propia feligresía, al punto que todas las pastorales de la iglesia se han comprometido a dar al menos un tiempo de comida a los inmigrantes que en su desesperación se avocan al templo católico.
“La parroquia ayuda con comida, las pastorales nos hemos organizado para darles algún tiempo de comida por lo menos”, externó el sacerdote.
No obstante, dijo que siguen enfrentando desafíos como una bomba de agua en mal estado y el funcionamiento de una sola hornilla en la estufa.
“Hay veces que ya no tenemos y no es fácil darles comida, por ejemplo, la iglesia San José Obrero tenía 10 migrantes, la San Pablo otros 10 y más de 50 en la catedral por estar más cerca de migración”, razonó.
Al respecto, exhortó al Gobierno a enviar más personal de migración a Choluteca para hacer más expedito el trámite de verificación de documentos y que se les avise a las postas policiales que no los bajen durante su tránsito por suelo hondureño.
En ese sentido, consideró “burocracia” lo que se hace con los migrantes extranjeros en Honduras ya que estos ya pasaron por Panamá, Costa Rica y Nicaragua donde validaron su documentación.
“Choluteca es pequeña, y no tiene la capacidad para albergar tanta gente, pero es una manera de alertar a migración como sería con miles de personas, sería un caos”, zanjó.
“Solo queremos pasar”
Kalume Bokanga Georges, es un inmigrante de 26 años que por la situación sociopolítica de su país se vio obligado a abandonar su hogar en El Congo y quien tras varios meses de travesía llegó a Honduras y dice que solo quiere pasar por el país.
“Nosotros solo queremos pasar y entonces por qué nos detienen… mi sueño es llegar a Estados Unidos, aunque no sea blanco tenemos derecho”, cuestionó el emigrante.
Contó que, aunque la situación está difícil en su país logró estudiar y en la actualidad domina cuatro idiomas (español, inglés, francés e italiano) pero no encuentra empleo por lo que salió en busca de una mejor vida.
Relató que en Colombia pasó siete días sin comer mientras se internó en la selva para continuar con su viaje.
En Honduras su estancia se prolongó por más de diez días y a su criterio obedece al color de su piel, ya que, según dijo, varios migrantes llegaron después que él y que su grupo de connacionales y fueron atendidos más expeditamente.
“Cubanos son atendidos más rápido”
De su parte, Luna Batravin una emigrante de Haití que tiene tres meses de embarazo dijo que en Choluteca los “cubanos son atendidos más rápido” y tras ocho días en Choluteca aún no se le atiende a ella ni a su grupo de acompañantes, mientras ha visto a varios cubanos llegar, ser atendidos y luego seguir con su viaje.
Asimismo, dijo sufrir discriminación entre los cubanos que son parte del bloque de emigrantes que hacen su alto obligado en Choluteca. Según Luna Batravin, los cubanos la envían al último lugar de la fila y le dicen “no queremos negras”.
Relató que en su caso salió de Haití hacia Chile y desde ahí empezó la travesía vía terrestre y aunque ha caminado por la selva lo más difícil ha sido esperar varios días en Honduras ya que sus recursos económicos se agotaron y solo puede sostenerse por la solidaridad de la Iglesia o de algunos hondureños que se compadecen de ella.
“Tienen que respetar a la mujer embarazada”, arguyó al tiempo de reafirmar que el trato no es equitativo.
Cubanos dicen en otros países no los detienen
De su parte, Wilmer Palao de 29 años y de nacionalidad cubana enfatizó que en otros países del continente a los cubanos no los detienen ya que su objetivo es solo transitar, pero se sabe que cada país exige requisitos mínimos para que las personas puedan transitar libremente.
En Honduras su viaje se vio pausado por más de 10 días y dijo que hay otros connacionales ya con más de 15 días y aún no reciben atención de parte de las autoridades migratorias.
“Yo hablo por todos los cubanos, lo que pedimos es que nos den el salvoconducto rápido, aquí no queremos estar, nosotros no venimos a hacer estancia a este país, estamos de pasada”, alegó.
Precisó que, 10 días en Honduras solo le representa gasto y estar bajo el sol a la espera que las autoridades de migración les atiendan.
Detalló, que él viaja con un grupo de 27 cubanos, pero en Choluteca se han aglutinado al menos 300 connacionales quienes tienen el mismo objetivo, llegar a Estados Unidos y solicitar la condición de refugio.
Incluso este cubano dijo estar dispuesto a pagar una multa por ingresar de forma irregular a Honduras, ya que esto sería más beneficioso para su economía y no ser obligado a permanecer por más de 10 días en un lugar en el que no quiere estar.
Migrantes vulnerables a estafas
De su lado, Patricia Riera, representante la Asociación Para Una Ciudadanía Participativa (Aci Participa) advirtió que la masiva llega de migrantes extranjeros a Choluteca les hace vulnerables a estafas por parte de personas que les cobran con la promesa de acelerar su proceso de verificación de documentos.
Al respecto, realizó un llamado a los migrantes a no entregar dinero a nadie a cambio de estas promesas e instó a tener paciencia ya que se trata de flujos atípicos y eso provoca que el proceso se ralentice.
“Les pido a todos que tengan mucho cuidado con las personas que les están pidiendo dinero fuera porque la oficina de inmigración no tiene que cobrarles ningún cinco”, externó.
Agregó que logró reunirse con autoridades quienes le manifestaron que están trabajando para que el proceso sea más rápido pero el número de migrantes excede las capacidades logísticas de la oficina del Instituto Nacional de Migración (INM) de Choluteca.
En cuanto a los protocolos de protección de migrantes refirió que se está dando prioridad de atención a mujeres embarazadas y adultos mayores.
Lamentó que no exista una presencia permanente de defensores de derechos humanos en esa oficina y que solo en situaciones como esta en la que la capacidad de atención se desborda algunos se hagan presentes.
Comentó que solicitó, sin respuesta, presencia de personal del Comisionado Nacional de Derechos Humanos de Honduras (Conadeh), pero buscarán el apoyo de otras organizaciones defensoras de inmigrantes.