Tijuana (México).– Organizaciones civiles y migrantes mexicanos que fueron deportados y ahora se encuentran en situación de calle en la ciudad fronteriza de Tijuana salieron a manifestarse contra el desamparo y las desatenciones en el que los han dejado las autoridades de todos los niveles de gobierno en México.

La comitiva de aproximadamente 60 personas, acusó que durante muchos años ellos fueron parte de ese sector que provee de remesas al estado mexicano, tan exaltado por el gobierno del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, una vez que fueron deportados quedaron en el olvido y sin nada.

PROMESAS INCUMPLIDAS

Sergio Tamai, director de la organización Ángeles Sin Fronteras, compartió a medios que desde hace nueve años han venido haciendo la petición de que se les brinden mayores garantías y una atención integral a los migrantes mexicanos que son deportados.

Señaló que muchos de ellos pierden sus patrimonios y al llegar a Tijuana quedan expuestos y en situación de calle.

Recordó que precisamente hace nueve años, en una plaza ubicada a un kilómetro del puerto fronterizo de San Ysidro, estaba instalado un campamento que fue desalojado bajo la promesa de crear un albergue para los migrantes en esta situación.

Sin embargo, lamentó, hasta el momento no se ha cumplido con ninguno de los acuerdos de entonces.

“Desde entonces, han pasado diversas administraciones gubernamentales que han hecho lo mismo, retirar a los migrantes de la zona conocida como “el bordo”, llevarlos a centros de rehabilitación sin su consenso, por lo que terminan en acciones fallidas”, dijo.

Esto, admitió, ha generado que los migrantes en situación de calle queden dispersos en diversos puntos de la ciudad aledaños al puerto fronterizo de San Ysidro, además de los centroamericanos que están llegando y no encuentran lugar dónde acomodarse.

“Es un caos y una vergüenza la imagen de Tijuana, porque algunos de los compañeros tienen problemas de alcohol y drogas y no se están atendiendo, es una tristeza ver esa situación por la desatención del gobierno”, dijo Tamai.

UNA VIDA DIFÍCIL

Rubén Olivares, migrante deportado hace seis años, compartió a Efe que tenía más de 20 años en Estados Unidos cuando lo regresaron a México por Tijuana, en donde decidió quedarse para ver si lograba un día poder regresar a donde se encuentran sus hijos.

Para él estar “de este lado” del muro ha sido complicado. “Es una tristeza, porque no conozco ni a mis nietos, tengo tres que son ciudadanos americanos y mis hijos están allá con ellos, sí tengo una buena comunicación con ellos, pero es complicado”.

Sobre apoyos del gobierno dijo que “no hemos tenido, ninguno”, y lo que suelen recibir es “de la comunidad que nos apoya, porque el gobierno no ha hecho nada. Al contrario, todos los migrantes han sido víctimas del propio gobierno; han sido golpeados, algunos robados y se los han llevado sin ningún pretexto”.

Ramón Rodríguez Mercado dijo que desde 1970 llegó a Estados Unidos y hace cuatro años lo deportaron, lo cual ha sido difícil porque le ha sido complicado poder encontrar un trabajo y mantenerse en la ciudad.

“La verdad sí, ha sido muy complicado, no hemos tenido apoyo; yo estoy casado en Estados Unidos con una americana, ella me manda un poco de dinero, si no fuera por eso sería muy difícil vivir aquí. También desde el primer día me han apoyado en el albergue Juventud 2000 y estoy agradecido con ellos”, puntualizó.