Tegucigalpa – Múltiples son los desafíos y retos de los migrantes hondureños, pero combinados más el escenario de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en Estados Unidos, no queda más que luchar por la “sobrevivencia”.
–Migrantes “pagarán” amenazas de Honduras a EEUU, concluyen diversos sectores en el país.
-Si Donald Trump cumple su mayor promesa de la campaña que lo devolvió a la Casa Blanca, 2025 será el año de las deportaciones.
Así lo dijo a Proceso Digital, Porfirio Quintano, presidente de la Organización Diáspora Hondureña Internacional quien resumió que con la llegada de Trump no queda más que luchar por sobrevivir.
La naturaleza de un inmigrante es evitar la deportación, sin embargo, es el principal objetivo de Trump, según reveló desde su campaña política cuando prometió deportaciones masivas desde el primer día de su mandato.
Con un poco más de un millón de hondureños radicados en Estados Unidos, la amenaza es un asunto serio para Honduras, al punto que el Gobierno respondió también con una amenaza, retirar la base aérea estadounidense en Palmerola, Comayagua, zona central del país centroamericano.
“Sobrevivir”
Hay que sobrevivir, no es una lucha solo de los hondureños, pero nos toca esforzarnos más, dijo Porfirio Quintano.
Recordó que como humanos los migrantes son sujetos de derechos, por lo que consideró que la amenaza de deportaciones masivas no se puede cumplir tan fácil como se pronuncia.
Sin embargo, ya es un claro desafío para los migrantes hondureños, quienes quedan en medio de las amenazas y contra amenazas.
Los migrantes están atentos a las noticias y eso ya genera estrés entre la comunidad.
Por lo que la lucha por la sobrevivencia ya comenzó, concluyó, al tiempo que clamó por no politizar los derechos de los migrantes.
Las amenazas solo crean zozobra entre nosotros, sollozó al tiempo que avizoró un año de muchas demandas en materia de inmigración.
“Estamos claros que vienen más fuertes y con mayor experiencia que la primera administración, por lo que la lucha ya comenzó”, zanjó.
Catástrofe a la vista
Sin el ánimo de ser pesimista, el presidente de la Fundación 15 de Septiembre, Juan Flores, dijo a Proceso Digital que las deportaciones masivas son una posibilidad y que las mismas serían catastróficas para Honduras.
Consideró que Honduras no tiene las condiciones para recibir a esta cantidad de connacionales.
Expuso que hay un impacto psicológico para los hijos de los migrantes, ya que muchos ni siquiera conocen Honduras y ya están amenazados con retornarlos a este país que solo conocen por los comentarios de sus padres.
En medio de esto hay que ver esperanza y seguir luchando, hay senadores y otras autoridades que conocen la realidad de Honduras y saben que no es viable regresar a estos migrantes.
Diputado migrante
Otro reto para los migrantes hondureños es tener representación en el Congreso Nacional, expuso.
No obstante, para esto primero se debe garantizar la participación de los migrantes en el proceso democrático.
En ese sentido, recordó que este es un año electoral y que los migrantes tienen el gran reto de ser tomados en cuenta, es decir poder ejercer el derecho a votar y ser electo.
Hasta ahora como migrantes hemos sido excluidos de los procesos democráticos.
Más de un millón de hondureños extra fronteras puede generar una tendencia en las elecciones, pero no somos tomados en cuenta, lamentó.
Honduras y los hondureños primero
De su parte, el vicecanciller de Política Exterior de Honduras, Gerardo Torres, señaló que al igual que Estados Unidos tiene la consigna que su gobierno es primero, para Honduras “es Honduras y los hondureños primero”.
Lo anterior en referencia a la amenaza de retirar la base militar de Palmerola realizada por la presidenta Xiomara Castro.
Explicó que en su discurso la presidenta Castro primero exhortó a un diálogo y señaló que en un caso de tratos no adecuados a los migrantes y deportaciones masivas entonces se debe revisar la cooperación para sostener una base militar estadounidense en suelo hondureño.
Dijo que la mandataria trató varios temas en su cadena de radio y televisión, pero los opositores se empeñan en solo querer analizar la amenaza de retirar la base militar de Palmerola.
“Frente a una actitud hostil de expulsión masiva de nuestros hermanos, tendríamos que considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación con Estados Unidos, especialmente en el campo militar, en el que sin pagar un centavo por décadas mantienen bases militares en nuestro territorio, que en este caso perderían toda la razón de existir en Honduras”, expresó la mandataria hondureña en cadena nacional.
El vicecanciller defendió este discurso y dijo que Honduras y los hondureños son primero para el gobierno, al igual que los estadounidenses lo son para su gobierno.
Estrategia equivocada
De su parte, el analista Graco Pérez manifestó que la amenaza del gobierno hondureño es una estrategia prematura y equivocada para un mandatario que ni siquiera ha asumido.
“Creo que están tomando un camino y una estrategia equivocada y prematura con un gobierno que ni siquiera ha asumido su posición”, declaró.
Pérez indicó que este tipo de amenazas crea un ambiente de confrontación en lugar de acercamiento.
Comentó que la cooperación militar va más allá de una base, es también mantenimiento, lucha contra el narcotráfico, escuelas, caminos e infraestructura.