(i-d) El presidente de la Fundación 15 de Septiembre, Juan Flores; la vicepresidenta, Maybelle Castillo, y su director de Asuntos Migratorios, Jack McGuire, posan hoy durante una rueda de prensa en Miami, Florida (EE.UU). EFE/Ana Mengotti

Miami- Cada migrante hondureño en Estados Unidos sostiene en promedio a cinco personas en su país, afirmó este viernes la Fundación 15 de Septiembre al hacer un llamado al presidente Joe Biden para que conceda protección migratoria a una comunidad que es el motor económico de una Honduras en crisis y «aislamiento».

Con ese dato extraído de la base informativa de los hondureños en EE.UU. que está realizando la Fundación 15 de Septiembre, su presidente, Juan Flores, resaltó las consecuencias que tendría un regreso masivo de migrantes a su país si no pueden seguir en la nación norteamericana.

«Por estadísticas no formales sabemos que hay arriba de un millón de hondureños sin un estatuto migratorio», señaló Flores en respuesta a una pregunta de Efe.

ALIVIO PARA UNA HONDURAS EN CRISIS

Para esas personas es para las que esta organización sin ánimo de lucro y también el Gobierno de Honduras han solicitado un Estatuto de Protección Temporal (TPS), independiente del que actualmente ampara a miles de hondureños, el cual fue prorrogado hasta octubre próximo por la Administración del ahora expresidente Donald Trump.

En una declaración leída en la rueda de prensa, en la que también participó la vicepresidenta de la fundación, Maybelle Castillo, y su director de Asuntos Migratorios, Jack McGuire, se pide al presidente Biden «darle trámite a la solicitud de un nuevo TPS para los hondureños enviada por las autoridades de Honduras, a través del canciller Lisandro Rosales, el 4 de diciembre de 2020».

Rosales estuvo este jueves en Washington, donde se reunió con Roberta Jacobson, la asistente especial del presidente Biden, y con el consejero de seguridad nacional, Juan González.

En una entrevista con Efe, el canciller pidió que se aborden las causas de las caravanas de migrantes que parten de Centroamérica, que, a su juicio, tienen un propósito «político» que apunta a «desestabilizar» a su país, a México e incluso a EE.UU.

La petición de un nuevo TPS se sustenta en la grave situación creada el año pasado por los huracanes Eta e Iota que, según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), causaron daños por unos 2.000 millones de dólares. A ello que se suma la pandemia de la covid-19.

En Honduras «la economía está quebrantada y se vive una crisis humanitaria y política», dijo Flores a Efe para destacar el «enorme alivio» que supondría para su país el hecho de que los migrantes en EE.UU. pudieran regularizar su situación.

Se alejaría así el fantasma de un regreso masivo, una situación que, según la Fundación 15 de Septiembre, «podría propiciar la creación y movilización de muchas más caravanas de migrantes hasta este país del norte».

Maybelle Castillo dijo al respecto que la fundación defiende una «migración ordenada», pero el Gobierno hondureño «prácticamente está expulsando» a la gente del país al no crear condiciones para que exista trabajo y oportunidades.

APOYO DE CONGRESISTAS

Flores recordó que dos congresistas demócratas hispanos, Albio Sires y Norma Torres, han escrito al presidente Biden para expresarle el compromiso de trabajar junto con su administración para abordar las causas fundamentales de la migración del llamado «triángulo norte» de Centroamérica y destacar la necesidad de un nuevo TPS.

Preguntado por lo que esperan de Biden, Flores dijo que por ahora no ha decidido nada sobre Honduras, un país -dijo- aliado y amigo de EE.UU. con quien tiene «una robusta relación bilateral».

A su juicio, actualmente «no hay una relación amigable» y la Fundación 15 de Septiembre percibe que hay «un aislamiento silencioso» internacionalmente de Honduras, que perjudica también a los hondureños que han tenido que emigrar.

«El aliado no es una sola persona, no es el mandatario, sino el pueblo», subrayó.

En los primeros días de enero, fiscales federales de EE.UU. aseguraron en un tribunal de Nueva York que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, protegió a un narcotraficante hondureño, Geovanny Fuentes Ramírez, a cambio de grandes sobornos, incluso usando al Ejército para facilitar sus actividades.

Esas acusaciones, negadas por el Gobierno hondureño, ahondan las ya planteadas durante el juicio por tráfico de drogas contra el hermano del mandatario, Juan Antonio Hernández.

EL MOTOR DE HONDURAS

También indicó que los hondureños han sido los más perjudicados por las «políticas migratorias inhumanas» de la Administración anterior, encabezada por Donald Trump, y recordó que miles de niños de su misma nacionalidad que llegaron a la frontera a pedir «auxilio» y acabaron «encarcelados y separados de sus padres».

«Ahora no sabemos donde están sus padres», señaló.

 A lo largo de la rueda de prensa, la fundación, que no sólo está haciendo una base de datos de los hondureños en EE.UU. sino unificando y educando a comunidades importantes en Texas, Carolina del Norte y Luisiana, destacó el importante peso que representan los migrantes en la economía hondureña, pero también los trabajos esenciales que realizan en EE.UU. en medio de la pandemia.

«Producimos más que la importación de café, que la maquila, que los camarones y las empresas», subrayó en referencia a las remesas, que de acuerdo al Banco Central de Honduras totalizaron 5.729,9 millones de dólares, el 22 % del Producto Interno Bruto.

Los integrantes de la fundación destacaron que los migrantes podrían hacer la diferencia en la política de Honduras votando por candidatos que promuevan la democracia y estén dispuestos a luchar efectivamente contra la corrupción.

Sin embargo, pese a que la Constitución les confiere el derecho a elegir y ser elegidos, las autoridades les privan «perversamente», según Flores, de poder ejercerlo pues no les proporcionan las nuevas tarjetas de identidad requeridas para votar el próximo noviembre.