Migrantes haitianos caminan a través del río turquesa hacía la comunidad de Bajo Chiquito, tras caminar desde Colombia atravesando la selva del Darién en la provincia de Darién (Panamá). EFE/Bienvenido Velasco/Archivo

Bogotá – Miles de migrantes permanecen varados desde hace más de una semana en las playas y calles del municipio colombiano de Necoclí (noroeste) a la espera de poder continuar su camino hacia Panamá, en la que es, según las autoridades locales, la peor crisis migratoria de la historia de esa región.

Debido a la emergencia, la Defensoría del Pueblo solicitó este martes un plan de contingencia ante el posible colapso por represamiento de migrantes, procedentes principalmente de Haití, así como de países africanos y asiáticos, que transitan por la ruta del tapón del Darién, la peligrosa selva fronteriza entre Panamá y Colombia, en su camino hacia Norteamérica.

«Hoy se reporta el represamiento de 10 días de la salida de lanchas en Necoclí por factores climáticos, lo que ha hecho que muchos migrantes se queden allí», explicó la Defensoría del Pueblo.

CALAMIDAD PÚBLICA

El director de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa, detalló el jueves pasado que los migrantes buscan llegar a Centroamérica y de allí a Norteamérica, principalmente a Estados Unidos y Canadá, pero al no tener la documentación requerida para estar en Colombia deben salir del país.

Espinosa negó entonces que en Necoclí permanecieran cerca de 10.000 migrantes irregulares, como había advertido el alcalde de esa localidad del departamento de Antioquia, Jorge Tobón.

Sin embargo, se han conocido imágenes que evidencian que unos 8.000 migrantes se encuentran represados en las playas y las calles de ese municipio del Urabá antioqueño, y aglomerados sin medidas de bioseguridad por lo que las autoridades locales declararán la calamidad pública ante el riesgo de contagios por covid-19.

Según la Defensoría del Pueblo, durante este año han transitado unas 33.000 personas provenientes de Haití, Cuba, Chile, Senegal y Ghana, entre otros países, mientras que la semana pasada Migración Colombia informó que más de 25.000 extranjeros, la mayoría de ellos haitianos que se dirigen a Centroamérica, han entrado a Colombia irregularmente.

RIESGOS EN LOS PASOS FRONTERIZOS

Según las autoridades migratorias de Colombia, diariamente llegan a Necoclí un poco más de 600 ciudadanos extranjeros pero estos dejan el lugar al día siguiente y continúan su tránsito hacia Centroamérica, atravesando el golfo del Urabá en barco y adentrándose por la peligrosa selva del Darién hasta llegar a Panamá.

Este fenómeno no es nuevo en Colombia porque los migrantes utilizan al país como lugar de paso e incluso hay años con picos de hasta 35.000 migrantes irregulares.

Las autoridades colombianas han alertado que los migrantes que se aventuran a pasar por allí son presa de los coyotes, que cobran altas sumas por llevar por la intrincada selva y muchas veces los viajeros perecen en esa travesía.

Hasta 2016, la mayoría de quienes pasaban de Colombia a Panamá eran de Asia o África, pero entre ese año y 2020 aumentó el número de cubanos y disminuyó el de asiáticos. Desde 2018 predominan los haitianos, que viajan en familias completas.