Lisboa – «No nos pongan contra la pared» es el lema que ha convocado a las miles de personas que este sábado han marchado en Lisboa para mostrar su rechazo a una polémica redada policial que el mes pasado dejó imágenes de decenas de migrantes con los brazos sobre la pared.

Esta manifestación, en la que también hicieron presencia representantes de varios partidos de izquierda y organizaciones sociales, así como cientos de inmigrantes, partió de la popular plaza de Alameda y llegó hasta la de Martim Moniz, próxima a donde se produjo el operativo policial de diciembre.

Con claveles rojos -símbolo de la revolución que hizo caer a la dictadura salazarista hace 50 años-, banderas de Palestina y múltiples carteles en apoyo de los inmigrantes, los manifestantes cantaron frases como «ni menos, mi más, derechos iguales» y «25 de abril siempre».

Los organizadores de la marcha alegaron en la convocatoria que es necesario «no dejar que esto vuelva a ocurrir», en referencia a la redada policial en un barrio de alta densidad inmigrante, mayoritariamente originaria de Asia, y señalaron que ese no fue «un hecho aislado» en el país.

Entre los manifestantes estaba Sandra Filo, una portuguesa residente en Madrid (España) que se encuentra de visita en Lisboa y que quiso participar en la marcha con sus amigos al considerar que fue desproporcionado.

«Esta manifestación es un poco para decir que no, que esta no es forma de tratar a nadie y, además, esta gente, aunque parezca que son más frágiles y que están aquí, no están solos. Yo he venido por eso», alegó en declaraciones a EFE.

Clara Costa, otra manifestante portuguesa, explicó a EFE que participaba en la marcha «para defender los derechos de otras personas» tras ver las imágenes de la redada, que la dejaron -aseguró- «indignada».

«(Los derechos) también son los míos. Es vivir en una sociedad justa», añadió.

Alexandra Leitão, del Partido Socialista (líder de la oposición), aseguró en declaraciones al canal luso RTP que esta marcha no es «contra nadie», sino en «defensa de los valores de la democracia y del Estado de Derecho» y valoró la labor diaria de la Policía.

En paralelo, fue convocada por el partido ultraderechista Chega una antimanifestación en una plaza próxima a Martim Moniz en apoyo a los agentes de seguridad, pero que no llegó a juntarse con la protesta antirracista gracias a un fuerte dispositivo policial.

Bajo el lema «Por la autoridad, contra la impunidad», varios cientos de manifestantes pidieron un control más estricto de la llegada de inmigrantes a Portugal y exigieron que se deporte a todos aquellos que comentan crímenes, entre otros.

La redada, desarrollada por la Policía de Seguridad Pública (PSP), tuvo lugar el pasado 19 de diciembre en las proximidades de la plaza de Martim Moniz de Lisboa, en concreto en la calle de Benformoso.

Como resultado, los agentes detuvieron a dos ciudadanos portugueses, uno por posesión de «un arma prohibida» y estupefacientes y otro sospechoso de ocho robos.

La operación ha sido criticada por varios partidos políticos, como los socialistas, el ecologista Livre y el Bloco de Esquerda, así como por grupos promigrantes; mientras que el Gobierno ha defendido que fueron acciones de naturaleza preventiva en contextos localizados.