Un campesino agricultor vende frutas que cosecha, este sábado en el Feria del Agricultor en Tegucigalpa (Honduras). EFE/Gustavo Amador

Tegucigalpa – Los militares de Honduras son blanco de críticas por parte de diversos sectores, por la decisión del Ejecutivo que preside Juan Orlando Hernández de asignarles tareas agrícolas, con una partida equivalente de 161,2 millones de dólares, cuando su papel es defender el territorio y la soberanía nacional.

Las críticas le comenzaron a llover a los uniformados luego de que el diario local El Heraldo informó a inicios de semana sobre un decreto ejecutivo mediante el cual se creó el Programa de Desarrollo Agrícola de Honduras (PDAH), adscrito a la Secretaría de Defensa.

Para el funcionamiento del PDAH, las Fuerzas Armadas dispondrán de unos 4.000 millones de lempiras (161,2 millones de dólares), que serán desembolsados entre lo que resta de 2019 y 2025.

Lo que sorprende, es que el Ejecutivo involucre a los militares en tareas propias de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, el Instituto Nacional Agrario (Ina) y el Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (Banadesa), aunque esta última institución no ha sido ejemplo de eficiencia, ni ha favorecido a los campesinos pobres que más necesitan del auxilio gubernamental para cultivar la tierra.

Los militares tampoco fueron buenos administradores cuando dirigieron la estatal Empresa Hondureña de Telecomunicaciones, el otrora Banco de las Fuerzas Armadas y una industria cementera.

A Hernández también le cuestionan por tanto protagonismo que le ha venido dando a los militares en sus dos períodos de gobierno, el primero iniciado el 27 de enero de 2014.

«ZAPATERO A TU ZAPATO»

El exviceministro de Agricultura Efraín Díaz, dijo a Efe que la decisión del Gobierno de involucrar a los militares en actividades agrícolas, «obedece más a razones de carácter político que a una verdadera intención de impulsar el desarrollo del sector agrícola, que de hecho debe ser una prioridad».

Además, Díaz considera que «frente a la falta de legitimidad del régimen» que preside Hernández, «los militares se han constituido en una pieza fundamental de sostenimiento del actual gobierno».

Díaz, economista agrícola, también cree que en el país no existe una política y una estrategia definida para el sector agropecuario, mucho menos para el desarrollo rural, lo que ha provocado que en los últimos 40 años muchos campesinos hayan migrado a las ciudades.

Tampoco concibe un papel protagónico para las Fuerzas Armadas en la agricultura, porque esa no es su función, aunque la Constitución dice claramente que pueden participar, a pedimento de secretarías, como las del sector agrícola, por ejemplo, pero como «colaboración».

«Cuáles son las competencias de los militares en este campo, para mi es muy claro: yo digo zapatero a tu zapato», acotó.

PETICIÓN DE CAMPESINOS

Las Fuerzas Armadas salieron al paso diciendo que el PDAH se creó «después de un consenso con diversos sectores a nivel nacional» como la Oficina de Coordinación General de Gobierno, la Secretaría de Agricultura y Ganadería, asociaciones campesinas organizadas y no organizadas, en coordinación con la cartera de Finanzas, adscrito a la Secretaría de Defensa Nacional.

Indicaron además que la petición de los campesinos fue para aprovechar las capacidades humanas y logísticas de las Fuerzas Armadas, que disponen de una Dirección de Desarrollo Agrícola.

Según los militares, «el objetivo del PDAH es incrementar la productividad y rentabilidad agrícola mediante la inversión en activos productivos, así como el establecimiento de una mentalidad emprendedora, desarrollando conocimientos, capacidades, actitudes y habilidades como elemento esencial generador de riqueza y bienestar para los productores y productoras».

GOBIERNO DEBILITADO

Hay quienes atribuyen el protagonismo que tendrán los militares en el sector agrícola, a la «debilidad del Gobierno» de Hernández, quien enfrenta una ola de rechazo por sectores que exigen su salida del poder y lo tildan de «narcodictador», luego de que un hermano suyo, Juan Antonio «Tony» Hernández, en octubre fue declarado «culpable», en EE.UU., de cuatro delitos asociados al narcotráfico.

El sociólogo y analista Julio Navarro, dijo a Efe que el Gobierno ha tenido como característica en estos años crearle «comisiones interventoras» a las instituciones que considera que no funcionan, apoyado en una organización no gubernamental; pero ahora, «pareciera que ya desistió de auxiliarse en personajes de organizaciones de sociedad civil y está auxiliándose de las Fuerzas Armadas».

«Uno podría entender que el presidente, para mejorar la agricultura ante las deficiencias del actual sistema, son las Fuerzas Armadas las que le pueden ayudar»; pero «históricamente, en Honduras está comprobado que las Fuerzas Armadas, cuando les dieron funciones de gerencia de instituciones que no tienen nada que ver con el problema del manejo de la seguridad o de las armas, han fracasado», subrayó Navarro.

Otra interpretación que puede darse, según Navarro, es que los militares se hayan dado cuenta que el Gobierno «está sumamente debilitado» y le estén «exigiendo» una participación dentro del Gobierno asignándoles funciones que tradicionalmente pertenecen a los civiles.

«A veces creo que estamos en la presencia de un cogobierno cívico-militar, porque es posible que a futuro las Fuerzas Armadas vayan asumiendo más funciones», advirtió el analista.

APOYO DE LOS MILITARES A HERNÁNDEZ

El director de la organización humanitaria Casa Alianza, José Guadalupe Ruelas, también percibe una «debilidad institucional» que «no es producto solo de la falta de recursos y planeación, sino de la constitución de las mismas instituciones del Estado».

En un país donde se ha apostado por la militarización, es entendible, aunque no aceptable, que las Fuerzas Armadas estén involucradas no solamente en el tema agrícola, dijo Ruelas a Efe.

Añadió que los uniformados también «están involucradas en la formación de jóvenes mediante un programa denominado «Guardianes de la patria», lo mismo que en materia de seguridad ciudadana con la Policía Militar de Orden Público, creada por Juan Orlando Hernández, aunque ese no es su papel; en la administración de hospitales y otras instituciones del Estado.

«Ese contubernio, entre el Ejecutivo y las Fuerzas Armadas, claramente tiene el propósito de garantizar el apoyo en el poder para quien ostenta en este momento la titularidad del régimen», indicó Ruelas.