Ciudad del Vaticano- El secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher, consideró hoy «injusto» criticar los intentos del papa Francisco para mediar en la guerra entre Rusia y Ucrania.
«Lo que mueve al Santo Padre no es otra cosa que la voluntad de posibilitar el diálogo y la paz, inspirado en un principio según el cual ‘la iglesia no debe usar el lenguaje de la política sino el de Jesús’», defendió hoy en Roma en la presentación de la nueva entrega de la revista de geopolítica Limes, titulada «Lecciones ucranianas».
Y agregó, sobre un artículo de la revista: «Por tanto es injusto definir los intentos del Vaticano como inútiles o dañinos o calificar de ‘blasfemo’ el ‘antiamericanismo vaticano, similar al de cierta izquierda italiana’», entrecomilló sobre un pasaje del texto.
Francisco, que en cada aparición pública pide la paz en Ucrania, ha encargado una misión para facilitar una mediación al cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal italiana, Matteo Zuppi, que recientemente ha visitado Moscú y Kiev.
Monseñor Gallagher, una especie de «ministro de Exteriores» de la Santa Sede, reconoció que «la reacción de los ucranianos a las declaraciones del papa Francisco implican una profunda decepción», ya que entre otras cosas al comienzo evitaba referirse explícitamente a Rusia o a su presidente, Vladimir Putin.
«Eso, de hecho, nos ha sido manifestado por las autoridades gubernamentales ucranianas y por varios representantes religiosos de las iglesias y las comunidades eclesiásticas locales, en algunos casos también recientemente», confesó el monseñor.
Sin embargo, alegó que interpretar esta línea vaticana como «actos de pacifismo vacío» o «un género teatral del deseo pío», como en el volumen, «no hace justicia a la visión y a la intención del Santo Padre», reivindicó.
El papa, dijo, «no quiere resignarse a la guerra y se obstina en creer en la paz invitando a todos a ser tejedores y artesanos creativos y valientes» de la concordia.
«Por supuesto que no es la intención de la Santa Sede ‘cerrar los ojos ante sistemáticos crímenes de guerra por parte del ejército y de las autoridades rusas’ ni ‘poner en el mismo nivel al país agresor y al agredido’», aseguró Gallagher.
Y precisó: «El propio papa ha claramente distinguido entre agresor y agredido con la certeza incontestable de que todo el mundo sabe bien quién es uno y quién es el otro».
Por eso, sostuvo, «se debe reconocer que los gestos y palabras del Santo Padre no son expresión de una mera ‘retórica de paz’ sino de una fuerte y valerosa ‘profecía de paz’ que desafía la realidad de la guerra y su presunta inevitabilidad».
Aunque, lamentó el monseñor, esta «profecía» en vez de ser apoyada para que pueda ser aplicada «es rechazada y condenada». EFE