Fotografía fechada el 17 de septiembre de 2019, que muestra una vista del monumento a los trabajadores "Braceros", en City of Commerce, California (EE.UU.). Las tropas estadounidenses que batallaban en la Segunda Guerra Mundial se alimentaban con verduras y frutas cosechadas por campesinos mexicanos en Estados Unidos, sudorosa misión que desde este domingo es reconocida con el Monumento Bracero en Los Ángeles (California). EFE/ Iván Mejía

Los Ángeles – Las tropas estadounidenses que batallaban en la Segunda Guerra Mundial se alimentaban con verduras y frutas cosechadas por campesinos mexicanos en Estados Unidos, sudorosa misión que desde este domingo es reconocida con el Monumento Bracero en Los Ángeles (California).

El término «Bracero» en caló mexicano alude a la persona que trabaja con sus brazos y así fue conocido el Programa de Trabajadores del Campo de México en Estados Unidos, por el que entre los años 1942 y 1964 más de 4,5 millones de mexicanos emigraron al país del norte para trabajar en agricultura y minería, entre otras.

El inicio del programa se dio a causa de la escasez de mano de obra por el reclutamiento de hombres para combatir en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y por ello el entonces presidente de EE.UU., Franklin D. Roosevelt (1933-1945), los llamó los «Soldados del surco».

Ese aporte es honrado desde hoy con una escultura de tres piezas en bronce forjado, con una estructura de acero interna, que representa a un campesino con sombrero y azadón en mano junto a su esposa y un hijo, además de elementos simbólicos del programa como una pico, una rueda de tren y una cruz, entre otros.

«El monumento es un símbolo que va a unir a toda nuestra raza, a toda nuestra gente trabajadora», dijo a Efe Baldomero Capiz, de 66 años, dirigente de la Unión Binacional de Exbraceros y promotor de la obra.

Capiz dice que se identifica en la escultura con el niño sentado sobre las piernas de la madre, porque era un menor de edad cuando su padre, ya fallecido, se unió al programa.

«Contribuyeron enormemente para poder alimentar al ejército de Estados Unidos, que se encontraba en la Segunda Guerra Mundial para vencer el fascismo de Europa y Asia», recalcó Capiz.

El monumento de 5,79 metros de alto, obra del escultor californiano Daniel Medina, hace parte de la plaza «El recodo de los inmigrantes», que se ubica en el centro de Los Ángeles y que también se inaugura este domingo, con presencia del concejal por José Huizar.

«Cuando escuché sobre el proyecto pensé que era una gran oportunidad para hacer una declaración como artista», dijo Medina a Efe, quien explicó que «en el mundo actual a los inmigrantes se les da una imagen que indica que no valen nada».

El escultor, ganador de la convocatoria hecha para esta obra, es el autor del monumento en honor al cantautor mexicano Antonio Aguilar, retratado a caballo en la conocida Plaza Olvera, a dos cuadras de donde ahora se levanta el Monumento Bracero.

«Es una oportunidad para abrir un diálogo y entonces a lo mejor la gente se dé cuenta de que parte de la gente que construyó este país son inmigrantes, ya sea legales o ilegales», ahondó Medina.

El concejal Huizar dijo a Efe que su «decidido apoyo» al proyecto de la plaza y al monumento, que supuso una inversión de 250.000 dólares provenientes de las arcas municipales, estuvo motivado en parte porque su padre, Simón Huizar, y sus tíos fueron braceros y le contaban «las dificultades que soportaron».

«Es una muestra de agradecimiento», pero también «en un sentido más amplio, el Monumento Bracero es un tributo a cada inmigrante», dijo el concejal del distrito 14, donde se asienta Los Ángeles.

Agregó que por su componente histórico, decidieron erigir la obra cerca («al cruzar la calle») de donde se fundó el pueblo de Los Ángeles en el siglo XVIII.

«Los inmigrantes son nuestro núcleo, nuestro corazón e inspiración», aseguró Huizar, en alusión al trasfondo de la escultura.

Capiz contó que el programa Bracero finalizó en la década de 1960 debido a querellas por una serie de violaciones a los derechos humanos contra estos trabajadores.

«Desde que llegaban los desnudaban para fumigarlos con pesticidas de la cabeza a los pies», contó el dirigente bracero, quien señaló que a causa de «ese veneno en polvo muchos desarrollaron problemas respiratorios y murieron».

«Los maltratos eran constantes, no proveían agua para beber y por el calor muchos se desmayaban», se lamentó.

A su vez, a los braceros el gobierno mexicano «les robó el 10 % de sus salarios», que eran retenidos «en calidad de ahorros» que nunca les regresaron y que ahora son motivos de demandas legales, recordó el dirigente.

Fue el 29 de septiembre de 1942 cuando arribaron a Calexico (California), los primeros 3.000 braceros que ayudaron «a desarrollar la agricultura más poderosa del mundo», dijo Capiz, y por ello la fecha elegida para la inauguración del monumento.