Roma.- La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) pidió hoy a los países de la Unión Europea (UE) que acuerden un mecanismo permanente de rescate de los migrantes que navegan en el Mediterráneo para llegar a Europa y no acuerdos puntuales para cada situación.

«Necesitamos tener una solución más rápida, no estos acuerdos ‘ad-hoc'», y también «lugares seguros en los que desembarcar», dijo el coordinador del proyecto MSF Jay Berger en un vídeo facilitado por la organización.

Los 356 migrantes a bordo del Ocean Viking, que fletan MSF y SOS Mediterraneé, se encuentran desde el viernes en Malta y ahora esperan a ser reubicados entre los seis países europeos -Alemania, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal y Rumanía- que se han ofrecido para acogerlos.

El barco ha estado dos semanas en el Mediterráneo a la espera de que un país le autorizara un puerto y por eso Berger criticó que «la solución debería haberse producido mucho antes», para evitar el sufrimiento de estas personas.

Explicó que con esta forma que tiene la UE de gestionar por ahora los flujos migratorios, los salvados sufren cuando están en Libia y cuando se atreven a cruzar el mar para llegar a Europa, y también después cuando son rescatados por las organizaciones humanitarias, pues no saben «qué va a pasar con ellos, piensan que van a ser devueltos a Libia».

«Es totalmente inhumano, estamos contentos de que haya habido una colaboración entre los estados miembros para ayudarnos con el plan de desembarco (en Malta), pero por qué nos han tenido dos semanas con estas personas a bordo», sostuvo.

También Nick Romaniuk, del equipo de SOS Mediterraneé, indicó que con estas soluciones puntuales, las operaciones se alargan y se incrementa «el sufrimiento de la gente a bordo».

«Esta no es la forma. Es frustrante, la gente está muriendo», apuntó.

El Ocean Viking realizó cuatro rescates sucesivos entre los pasados 9 y 12 de agosto, y desde entonces esperaba a una distancia equidistante de Italia y Malta a que algún país europeo le permitiera desembarcar.

El viernes, el primer ministro maltés, Joseph Muscat, informó de que había llegado a un acuerdo con la Comisión Europea para trasladar a los 356 migrantes del Ocean Viking a barcos de la Armada maltesa, llevarlos a la isla, y que fueran después distribuidos entre los seis mencionados países.