Guatemala.– El Hospital General San Juan de Dios de Guatemala confirmó este jueves la muerte Evin Javier M.C., uno de los cuatro migrantes hondureños atacados la semana pasada por pistoleros en la capital guatemalteca.
El fallecido, quien se encontraba en cuidados intensivos, había sido declarado con muerte cerebral tras haber recibido dos disparos que impactaron en su cráneo.
La portavoz del hospital, Claudia Benavente, explicó a los medios de comunicación que el padre de Evin Javier M.C. ya había sido notificado por las autoridades.
Este miércoles, Benavente detalló a la prensa que otro de los migrantes, José Andrés O.P., se encontraba estable y «con dieta líquida» después de haber tenido «una complicación de la presión arterial».
Los otros dos pacientes hondureños, un menor de 16 años y Raúl Saúl P., de 23 años, fueron dados de alta tras haber sido sometidos a «procedimientos de lavado» y se les colocó «canales por las lesiones óseas provocadas por las balas».
El menor de edad salió acompañado de su padre, mientras que el de 23 años se fue acompañado de su hermano.
Los cuatro migrantes hondureños fueron atacados con arma de fuego el pasado jueves por un grupo de personas que iba dentro de un vehículo y que se dieron a la fuga, en las inmediaciones del Anillo Periférico, frente a la Colonia 4 de Febrero, en la zona 7 de Ciudad de Guatemala.
Centenares de hondureños, en su mayoría hombres y mujeres jóvenes, con muchos niños, siguen abandonando su país desde el pasado jueves con la idea de llegar a Estados Unidos y la esperanza de acabar con la situación de desempleo e inseguridad que sufre Honduras.
Esta es al menos la cuarta caravana de migrantes que sale del Triángulo Norte de Centroamérica -una de las zonas más pobres y violentas formada por Guatemala, Honduras y El Salvador- desde octubre a pesar de las amenazas reiteradas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
A finales de marzo el Gobierno estadounidense anunció que retiraría la asistencia económica a los países del Triángulo Norte de Centroamérica por «no hacer nada» y permitir la formación de caravanas de migrantes que tienen como objetivo llegar a Estados Unidos.
Ante esta decisión, días después los Gobiernos de los tres países se comprometieron a investigar a las organizaciones que se dedican al tráfico ilícito de inmigrantes hacia Estados Unidos y pidieron a los padres de familia «evitar exponer a sus hijos a los riesgos que comprende el trayecto migratorio irregular».
Un total de 196.061 migrantes del Triángulo Norte de Centroamérica fueron deportados desde Estados Unidos y México durante 2018, lo que representa un aumento del 37,9 por ciento más que el año anterior.