Nueva York – Angelina Friedman tiene 101 años y a su edad puede reclamar con orgullo que ha vencido a lo largo de su vida a la denominada gripe española, al cáncer y ahora al coronavirus, que sin piedad se ha cobrado miles de muertes en Nueva York, sobre todo de ancianos.
Friedman, que vive en un hogar para ancianos al norte del estado -centros que han sido duramente golpeados por la pandemia- fue diagnosticada con la COVID-19 el pasado marzo pero lo venció como hizo con la gripe española el siglo pasado y posteriormente superar un cáncer, informó este martes el diario The New York Post.
Los ancianos son la población más vulnerable que ha estado expuesta al virus y miles han fallecido en el país, en particular en residencias de la tercera edad, muertes que han ocupado titulares en medios de comunicación por cebarse en algunos centros.
Según la familia de Angelina Friedman, ha sobrevivido porque tiene «un ADN sobrehumano».
«Mi madre es una superviviente», dice su hija Joanne Merola, quien recuerda que Friedman también ha sobrevivido «abortos, sangramientos internos y el cáncer».
Hija de inmigrantes italianos, Friedman nació en 1918 en un barco en ruta a EEUU en momentos que la gripe española estaba asolando, como hace ahora el coronavirus, pero salió ilesa.
Su madre murió de parto, así que ella y sus dos hermanas se unieron a su padre, en el condado de Brooklyn, donde creció con diez hermanos.
Friedman se casó y ella y su esposo fueron diagnosticados con cáncer. «Ella sobrevivió pero él no», recordó su hija.
El pasado 21 de marzo fue llevada a un hospital para un procedimiento médico sencillo y la hacerle la prueba del virus arrojó positivo.
Tras una semana en el centro sanitario fue enviada al geriátrico, donde se le mantuvo en aislamiento hasta que el pasado 20 de abril arrojó negativo a la prueba de la pandemia.
Lo primero que Friedman pidió fue hilo de tejer, indicó además su hija, que no ha podido ver a su madre debido a un problema con su espalda ni llamarle porque está sorda.
Sin embargo, tuvo un mensaje para su progenitora: «Sigue delante, mamá. Nos vas a sobrevivir a todos».