En México, el movimiento #MeToo aterrizó a principios de 2018 luego de que la actriz mexicana Karla Souza denunció haber sido acosada y violada sexualmente al principio de su carrera por un director de cine. EFE/Archivo

México, 4 abr (EFE).- Mujeres del mundo de la cultura de México se unieron en el movimiento #MujeresJuntasMarabunta «frente a la normalización de la violencia que históricamente se ha inscrito en los espacios» donde desempeñan su trabajo y sus vidas, explicaron varias de ellas este jueves en un comunicado.

A pesar de que, dicen, el acoso diario en todos los ámbitos «no se trata de algo nuevo», hace demasiado tiempo que este tipo de actitudes y acciones se guardan en silencio por temor a represalias o exclusión.

Con este movimiento, surgido a partir del #MeTooEscritoresMexicanos, pretenden contribuir a la ruptura con las «reglas no escritas» de las relaciones de poder en la cultura, dominada «fundamentalmente por hombres más poderosos», aseguraron.

El colectivo recordó que cada día en México nueve mujeres son asesinadas por razones de género, en parte debido a que el sistema de justicia «no solo no atiende a las víctimas, sino que las revictimiza».

Además, debido a la polémica iniciada con el suicidio del integrante de la banda Botellita de Jerez Armando Vega Gil, supuestamente debido a las acusaciones que recibió dentro del #MeTooMusicosMexicanos, las mujeres de este movimiento insistieron en que este mecanismo no pretende «el escarnio público».

Más bien, explicaron, es una «herramienta política que señala y pone al descubierto violencias que han querido permanecer en el dominio de lo privado para conveniencia de los que perpetran actos de acoso y hostigamiento».

Por lo anterior, #MujeresJuntasMarabunta presentó 10 exigencias entorno a la necesidad de reducir la violencia de todo tipo hacia las mujeres en el mundo cultural mexicano y así crear espacios seguros para ellas.

Entre otras cosas, piden autocrítica por parte de los hombres que trabajan en la cultura y también perspectiva de género en su funcionamiento a empresas y editoriales.

Por último aseguraron que se mantendrán «firmes y solidarias desde todas las plataformas de las que disponemos hasta lograr que se transformen las prácticas que normalizan el machismo en los gremios culturales».

Desde el pasado 21 de marzo, la comunicadora Ana Ge denunció a través de su cuenta de Twitter que «un hombre poderoso del círculo literario», a quien después identificó como Herson Barona, había manipulado, embarazado y abandonado a más de 10 mujeres.

Fue a partir de esta acusación que en dicha red social muchas mujeres se animaron a denunciar diversos casos, utilizando el #MeToo que surgió a finales de 2017 en Estados Unidos para denunciar acoso y abusos sexuales del productor de Hollywood Harvey Weinstein.

De esta manera, el movimiento #Metoo reapareció con fuerza en México y pronto se expandió de la literatura al mundo de la música o el periodismo, denunciando casos de abuso por parte de los hombres.

En México, el movimiento #MeToo aterrizó a principios de 2018 luego de que la actriz mexicana Karla Souza denunció haber sido acosada y violada sexualmente al principio de su carrera por un director de cine.

Tras el caso de Souza, actrices como Stephany Sigman o Paola Núñez, y la clavadista olímpica Azul Almazán, también se animaron a hacer denuncias sobre sus experiencias al respecto.