Washington- Las senadoras demócratas Elizabeth Warren y Amy Klobuchar se sumaron este fin de semana a la lista de mujeres candidatas para las elecciones presidenciales de EE.UU. de 2020, una contienda en la que los republicanos confían en la popularidad del actual mandatario, Donald Trump.
Hasta cinco mujeres han anunciado ya oficialmente su campaña electoral de cara a los comicios de noviembre de 2020, demostrando su intención de desbancar a Trump y de llegar a la Casa Blanca para convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos.
Además de Warren y Klobuchar, la senadora Kamala Harris, la miembro de la Cámara Baja, Tulsi Gabbard, y la autora Marianne Williamson han lanzado sus candidaturas.
La senadora Kirsten Gillibrand, por su parte, dio a conocer en enero la formación de un comité exploratorio para analizar su posible candidatura presidencial, un paso legal previo a un hipotético anuncio oficial.
De confirmarse su participación, un total de seis mujeres demócratas batallarán por conseguir ser la candidata de su partido para los comicios de noviembre de 2020, donde enfrentarán a Trump.
La posición contraria a las políticas del magnate neoyorquino en términos de inmigración, economía y medio ambiente, principalmente, ha sido el eje principal de la mayoría de las declaraciones de intenciones de las precandidatas a presidente.
En su discurso de apertura de campaña este sábado, Warren calificó a Trump como «el último y más extremo síntoma de lo que ha salido mal en Estados Unidos, producto de un sistema amañado que aúpa a los ricos y poderosos».
«Las personas más ricas y poderosas de Estados Unidos han presionado en Washington y han pagado a políticos para inclinar el sistema año tras año», añadió Warren, una de las senadoras más progresistas de la bancada demócrata.
Klobuchar, una senadora moderada que representa al estado de Minesota, también cargó hoy contra Trump al presentar su candidatura.
«Estamos cansados: nuestra nación debe estar gobernada no por el caos, sino por la oportunidad», aseveró Klobuchar en su discurso.
La otra senadora que ha hecho oficial su candidatura es Kamala Harris, una legisladora de California que goza de altos índices de aprobación entre los miembros del Partido Demócrata.
Harris, hija de padre jamaicano y madre india, fue fiscal general de California antes de ganar su escaño en la Cámara Alta del Congreso estadounidense en 2016.
«Verdad, justicia, decencia, igualdad, libertad, democracia. Estas no son solo palabras. Son los valores que como estadounidenses apreciamos, y están todas en juego ahora», argumentó Harris en su alocución al anunciar su campaña electoral.
A parte de esas mujeres, el latino Julián Castro, que fue secretario de Vivienda durante el Gobierno del presidente estadounidense Barack Obama (2009-2017), el senador Cory Booker, el legislador John Delaney y el emprendedor Andrew Yang también se han postulado como aspirantes a la Presidencia.
Por su parte, Trump, que se impuso en las elecciones de 2016 a la candidata demócrata Hillary Clinton contra la mayoría de los pronósticos, confirmó el año pasado que buscaría su reelección.
La popularidad de Trump pasa por un buen momento, después de que su discurso del Estado de la Unión esta semana fuese bien recibido por el pueblo estadounidense y de que los índices económicos nacionales, como el desempleo, hayan registrado buenos datos, entre otras cuestiones.
Tanto es así que los republicanos han dejado en manos de Trump sus opciones para seguir con el Poder Ejecutivo del país.
Hasta ahora, ningún otro candidato ha demostrado su deseo de presentarse a las primarias del Partido Republicano, aunque hay algunos nombres que se barajan como posibles contendientes.
Los gobernadores de Maryland y de Ohio, Larry Hogan y John Kasich, respectivamente, y el senador por Nebraska, Ben Sasse, podrían ser los únicos de su partido que se atrevan a batallar con Trump por la nominación republicana.
Sea como fuere, hasta seis mujeres demócratas -un récord- intentarán ganar la candidatura de su partido para después derrotar al rival republicano en los comicios de 2020 y convertirse así en la primera presidenta de la historia de EE.UU., tras 45 hombres.