Tegucigalpa – Dos mujeres figuraron entre los 15 miembros de las Fuerzas Armadas que este año representaron al equipo de salto libre o paracaidistas que colocaron el broche de oro durante los festejos de los 202 años de independencia de Honduras y al mismo tiempo materializaron sus sueños y el de miles de hondureños, saltar en paracaídas.
-Se siente adrenalina, miedo, alegría y asombro al mismo tiempo, eso puede resumir un salto en paracaídas, narró una de las entrevistadas.
-No todos los saltos son iguales, por lo que cada uno se debe asumir con responsabilidad, profesionalismo y con la emoción del primer salto, externó la subteniente Salgado.
Proceso Digital conversó con las subtenientes Cinthya Torres Rodríguez y Nicole Salgado Urbina quienes por primera vez en sus carreras saltaron sobre el Estadio Nacional José de la Paz Herrera, Chelato Uclés de Tegucigalpa, esto es un sueño de muchos hondureños y que estas féminas lo transformaron en realidad.
Aunque ya contaban con casi una veintena de saltos de práctica, esa fue la primera vez que estas féminas militares realizaron el salto de show central de las festividades patrias del 15 de septiembre.
Como toda experiencia por primera vez supone miedo, retos e incertidumbre, comentaron las valientes mujeres que también mostraron seguridad en su formación para confiar que todo salió perfecto en el salto que como es común arrancó la ovación y aplausos del público.
Privilegiada
La subteniente Nicole Salgado Urbina expresó que es consciente que saltar en paracaídas es un sueño de miles de niños e inclusos adultos hondureños, por lo que se define como una persona privilegiada ya que no solo se trata de completar el curso de paracaidismo, se debe ser seleccionado entre varios saltadores más que cuentan con la misma formación y quizás con más experiencia.
En ese orden, confesó que en su vida ha realizado casi una veintena de saltos, pero el del Estadio Nacional fue el primero dentro de un show.
Lo anterior supone muchos retos como que el viento juegue en contra y no permita que se llegue al punto marcado y se desvíe del camino establecido, lo que provocaría incluso que pueda caer fuera del Estadio, pero no sucedió. Ella definió su salto como perfecto tras tocar tierra.
De un sueño a una realidad
“Fui de un sueño a una realidad, siempre había querido y admiré el equipo de salto libre y más hacerlo celebrando nuestras fiestas patrias”, expresó la subteniente Salgado.
Contó que inició su carrera militar al ingresar a la Academia Militar donde se forjó disciplina y entrenamiento, coraje y fuerza de voluntad.
“Jamás imaginé pertenecer al equipo de salto libre, es un sueño que se hizo realidad”, narró.
Se debe aprobar el curso de salto libre para militares y luego ser seleccionado para el show que ofrecen las Fuerzas Armadas como parte de las fiestas cívicas, en esta ocasión por motivo de 202 años de independencia.
Adicionalmente se debe estar tanto física como mentalmente aptos, agregó al tiempo que dijo su reto personal es saber cómo su cuerpo reaccionaría ante una emergencia.
“Todos los sueños se pueden cumplir, siempre es nuestra mente la que nos limita lo que en realidad queremos hacer. Si nosotros ponemos metas o fijamos un plan podemos llegar a cumplir cualquier sueño, fue así como yo jamás lo esperaba y ahora tengo la oportunidad de saltar en paracaídas”, zanjó la subteniente de 25 años.
Un gran reto
Para la subteniente de inteligencia militar Cinthya Torres Rodríguez su primer salto en el Estadio Nacional suponía un gran reto, ya que se trataba de su primera experiencia, pero misma que culminó con buen pie.
“Es un gran reto, es mi primera vez en el Estadio Nacional. Se encuentran muchos sentimientos, emoción, alegría y miedo”, narró a Proceso Digital.
El salto cumplió su objetivo ya que se trataba de tocar tierra dentro del Estadio Nacional y así sucedió.
El curso de salto libre se ofrece a todas las unidades militares y mis superiores me permitieron realizarlo, recordó al tiempo que agradeció a todos los que le han apoyado para que hoy sea una de las mujeres más emblemáticas en el país por la hazaña lograda, el salto libre.
Mujer y paracaidista
La subteniente de inteligencia militar razonó que ser mujer y paracaidista no supone un reto diferente al que supone al género masculino.
“Siento que no hay diferencia, el curso es técnico, no se trata del físico y las mujeres somos decididas”, zanjó.
Consideró que todo está en la mente y destacó la capacidad de decisión de las mujeres, “si decimos que sí es sí y si decimos que no es que no”.
Al final se trata de emociones y todos sentimos emociones, desglosó, al tiempo que dijo arriba el corazón late a mil.
Precisó que se trata de un sueño, pero el mismo tuvo un proceso de formación, por lo que instó a todos a cumplir sus sueños con un plan.
“Motivo a todos que si tiene sueños y metas se fijen puntos cortos que sean alcanzables y medibles y poco a poco concretar su sueños”, cerró.
Ovación
Como es común el show de paracaidistas durante las fiestas cívico-militares del 15 de septiembre arrancaron los aplausos de los presentes y de quienes observaron el momento a través de diferentes plataformas digitales.
Este año no fue la excepción y con cero incidencias el show de salto de paracaidistas provocó que los presentes aplaudieron de pie y la ovación no se hizo esperar.
Sin embargo, la participación de las dos subtenientes también provocó la admiración de propios y extraños ya que mostraron valentía y recordaron que los sueños se pueden hacer realidad.
Ambas jóvenes militares un día fueron observadoras del show de paracaidistas expresaron a Proceso Digital, hoy son las protagonistas de lo que una vez fue solo un sueño.
La ovación recibida fue la recompensa de su esfuerzo, dedicación y esmero por lograr incursionar en una rama militar en la que por muchos años solo los hombres podían participar. (RO)
