Viena – Las mujeres y niñas continúan siendo las víctimas mayoritarias a escala mundial de la trata de personas -una forma moderna de esclavitud-, representando el 61 % del total de casos detectados entre 2020 y 2022, según un informe de la ONU.

Las niñas representan el 22 % de las víctimas detectadas, frente al 39 % de las mujeres adultas, según el Informe Global sobre Trata de Personas 2024, publicado este miércoles en Viena por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).

Del total de víctimas femeninas, el 66 % fue explotada sexualmente, mientras que un porcentaje importante también sufrió trabajo forzado y, en menor número, son obligadas a cometer crímenes para los tratantes o sometidas a matrimonios forzosos, entre otros delitos.

El informe subraya que, aunque el trabajo forzado ha superado a la explotación sexual como la principal forma de trata a nivel global, las mujeres que caen en la redes de trata son, en su mayoría, explotadas con fines sexuales, especialmente en América Latina, África y Asia.

«Este patrón refleja cómo la desigualdad de género y la vulnerabilidad económica aumentan el riesgo de que las mujeres y niñas sean captadas por redes de trata», señala el documento.

El informe también denuncia que «la trata de niñas para ser explotadas sexualmente está registrando un aumento alarmante en muchas regiones del mundo».

Por regiones, África Subsahariana, Europa Occidental y Norteamérica registraron los mayores incrementos en detecciones de víctimas femeninas en 2022, en comparación con los niveles previos a la pandemia de covid-19.

El informe también destaca que el desplazamiento forzado, la inseguridad y el cambio climático son factores clave que están exacerbando la vulnerabilidad de mujeres y niñas, especialmente en contextos de pobreza y conflicto.

El informe, con datos de 2020 a 2023, analiza los casos de más de 200.000 víctimas de trata de 156 países de todo el mundo.

La trata es un delito que consiste en captar, retener y explotar a una persona -que suele estar en una situación vulnerable- y además de ser muy lucrativo, tiene un alto grado de impunidad.

Si bien la forma más conocida es la explotación sexual, otras víctimas sufren condiciones de esclavitud en tareas domésticas, la agricultura o, incluso, son obligadas a practicar la mendicidad infantil o vendidas para matrimonios forzosos.

Aunque la ONUDD no ofrece estimaciones sobre víctimas totales, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que casi 28 millones de personas sufren esta esclavitud que mueve más de 235.000 millones de dólares anuales.