Ciudad de Panamá – El presidente panameño, José Raúl Mulino, anunció este jueves que el flujo migratorio por el Darién, la selva fronteriza entre Panamá y Colombia, ha «disminuido» en lo que va de julio en comparación con el mes anterior tras la instalación de «cercas» de púas en algunos pasos no autorizados para «canalizar» el paso de migrantes.
«Veo con satisfacción los informes que me manda a la dirección el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront/ Policía fronteriza) en torno a la disminución real del tránsito de personas» por el Darién, señaló Mulino en una rueda de prensa que espera repetir todos los jueves.
El mandatario panameño detalló que en junio atravesaron esa peligrosa selva unos 31.049 migrantes «y en lo que va de julio (han sido) 11.386, llevándose Venezuela el 66 % de las nacionalidades, Ecuador 7 %, Colombia 7 %, China 5 % y Haití el 5 %».
«Creo que el sistema de haber puesto las cercas y reconducir el tránsito hacia una sola dirección ha ayudado mucho, así como también el patrullaje intenso las 24 horas», agregó.
Desde el pasado 3 de julio, Panamá ha cercado progresivamente con «barreras perimetrales» (vallas de alambre con púas) unos 4,7 kilómetros en el Darién, donde había al menos cinco pasos no autorizados o trochas para «canalizar» el flujo de los migrantes a través de un «corredor humanitario».
La frontera con Colombia en el Darién tiene 266 kilómetros de longitud.
El cierre de esas trochas se da en medio de un gran flujo de migrantes por la selva, que han dejado cifras récords y desbordado a las autoridades de Panamá, país que les ofrece asistencia y alimentos en los albergues situados en el Darién para que continúen su camino en autobuses, costeados por los migrantes, hasta Costa Rica.
En lo que va de año atravesaron el Darién más de 208.000 migrantes, la mayoría venezolanos, mientras que en todo 2023 fueron más de 520.000, una cifra inédita, según datos oficiales de Panamá.
Aplaude posible acuerdo de Costa Rica y EE.UU.
El presidente panameño aplaudió además el acercamiento entre Estados Unidos y Costa Rica para establecer un acuerdo de repatriación de migrantes, similar al ya firmado entre el país norteamericano y Panamá, a la vez que anunció su deseo de la existencia de un convenio entre EE.UU., Costa Rica y Colombia para afrontar la crisis migratoria.
«Veo con mucha simpatía que Costa Rica esté interesada en suscribir un acuerdo similar con Estados Unidos (…) Es de mucha importancia porque son nuestros dos límites. (Por un lado) Colombia (que es) un enredo y Costa Rica, que no lo tiene, tampoco, tan fácil».
El ministro de Exteriores de Costa Rica, Arnoldo André, anunció ayer en Washington que su Gobierno estudia impulsar un acuerdo migratorio con Estados Unidos centrado en la repatriación voluntaria de migrantes.
Este sería similar al ya suscrito por Panamá con el Ejecutivo estadounidense el pasado julio, el mismo día que Mulino fue investido como presidente, para aquellos migrantes que atraviesen el Darién, por un valor de 6 millones de dólares.
Esa financiación estará destinada, entre otros fines, a los vuelos de deportación de aquellas personas en movilidad que no «tengan necesidad de protección internacional u otros requisitos legales» para permanecer en el país centroamericano, según la información oficial.
«Espero tener cuanto antes el anuncio de la primera repatriación aérea», dijo este jueves Mulino.
Sin embargo, recalcó durante la rueda de prensa que esas repatriaciones desde Panamá «no pueden ser a la fuerza», una afirmación que autoridades de su Gobierno han señalado en otras ocasiones.
«(Los migrantes) son seres humanos, no son delincuentes. Son personas que están buscando un sueño americano, como dicen», expuso el presidente panameño, quien ha mantenido un fuerte discurso contra la migración.