Un campamento para personas desamparadas que durante años estuvieron en una zona industrial al norte del centro de Denver se mudará a un barrio hispano de la ciudad, anunció este martes la oficina de Planificación y Desarrollo Comunitario de la capital de Colorado. EFE/Archivo

Denver (CO) – El multimillonario gasto de Denver, la capital de Colorado, durante los últimos siete meses para ayudar a miles de indocumentados recién llegados a esta ciudad resulta “insostenible” y podría afectar a corto y largo plazos los servicios municipales, afirma un documento oficial publicado este martes.

Según el Centro Conjunto de Información de Denver (a cargo de información sobre servicios de emergencia), desde principios de diciembre pasado hasta la actualidad la municipalidad local proveyó alojamiento, comidas, servicios de salud y ayuda con transporte para más de 11.000 indocumentados, la mayoría de ellos venezolanos, provenientes desde la fronteriza ciudad de El Paso, Texas.

Para ofrecer esa ayuda, Denver destinó 17,3 millones de dólares de fondos propios, recibiendo un reembolso del Estado de Colorado de 3,5 millones y poco más de 900.000 dólares del Gobierno federal del total de 2,5 millones que Denver había solicitado.

Como comparación, el presupuesto anual de Denver de ayuda a nuevos inmigrantes es de unos 800.000 dólares. Además, en abril pasado, el Comité de Presupuesto y Políticas Públicas del Concejo Municipal había anticipado un gasto máximo de 11 millones de dólares hasta mediados de 2023 para ayudar a los recién llegados.

“Actualmente, Denver está cubriendo los costos mediante el uso de fondos de contingencia y presupuestos de agencias municipales, lo cual no es sostenible a largo plazo sin afectar los servicios de la ciudad”, expresa el documento oficial.

El movimiento de inmigrantes, generado por la finalización del llamado Título 42 (expulsión inmediata de migrantes en la frontera con México) comenzó el 8 de diciembre de 2022 con la llegada de unos 100 inmigrantes que descendieron de los autobuses que los transportaban en Union Station, la principal estación ferroviaria de Denver.

Desde entonces, el número de nuevos indocumentados llegando a Denver varió de mes en mes, con casi 1.000 en abril y casi 4.000 en mayo. Por eso, los albergues de emergencia que se habían cerrado en marzo asumiendo que la llegada de inmigrantes disminuiría debieron reabrirse el mes pasado.

En ese contexto, el alcalde demócrata Michael Hancock había declarado a la ciudad en “estado de emergencia” para poder solicitar fondos adicionales, recibiendo solo una fracción del monto solicitado.

Hancock también había pedido la colaboración de organizaciones comunitarias para ayudar a los inmigrantes, con varias iglesias activando sus propios programas en respuesta a la convocatoria. En su nuevo documento, el Centro Conjunto de Información reiteró ese pedido.

El futuro de la ayuda a los inmigrantes depende de quién resulte elegido como alcalde en las elecciones municipales que hoy se realizan en Denver.

El exlegislador estatal demócrata Mike Johnston indicó que su enfoque será que los inmigrantes “tengan acceso a servicios sin quebrar el presupuesto de Denver”.

Por su parte, la empresaria Kelly Brough, también demócrata, afirmó que, dado que los millones gastados por Denver “aún no han resuelto el tema, debemos hacer algo diferente”.