San Diego (CA) – El muralista y activista Víctor Ochoa terminó de pintar en el Parque Chicano de San Diego una mural en el que inmortaliza a Anastasio Hernández Rojas, un inmigrante mexicano que murió hace una década a manos de una docena de oficiales fronterizos en San Ysidro (California).
«Los murales han sido la expresión de resistencia, de rebeldía de nuestra cultura, y este reúne los elementos de nuestra historia de migración», explicó a Efe el artista este jueves.
El mural de 50 pies de alto fue pintado en la zona conocida como La Plaza del Parque Chicano, una zona que aprovecha los pilares del puente que lleva al lujoso suburbio de Coronado, donde desde hace medio siglo han pintado murales con aspectos históricos mexicanos y chicanos.
«Aquí tenemos a los niños separados de sus madres en la frontera, a los que pusieron inhumanamente en jaulas, a la pequeña que murió ahogada en el Río Grande al cruzar con su papá guatemalteco, y tenemos a Anastasio», dijo el artista.
El 28 de abril del 2010, agentes fronterizos propinaron una golpiza y realizaron varias descargas con pistolas eléctricas («taser») a Anastasio Hernández, que dos días más tarde fue declarado con muerte cerebral.
Hacía 20 años que Hernández Rojas vivía en San Diego, donde con su viuda, María Puga, tuvo cinco hijos estadunidenses. Los dos menores, los mellizos Daniela y Daniel, que tenían siete años cuando su padre murió, se encuentran abrazados por su madre en lo alto del mural.
«Este mural representa para mí una forma más de exigir justicia», dijo a Efe Puga. «Esto va a inmortalizar a mi marido, al padre de mis hijos y la gente va a saber lo que pasó».
El equipo de artistas trató de concluir el mural para la fecha del décimo aniversario de la muerte de Hernández, pero la llegada de la pandemia retrasó los trabajos varios meses.
Las organizaciones San Diego Alliance y Comité de Servicios Amigos Americanos financiaron el mural.
Pedro Ríos, el director del Comité de los Amigos en San Diego, dijo que desde la muerte de Hernández, por lo menos cien personas, entre quienes se incluyen algunos estadunidenses, han muerto a manos de oficiales fronterizos.