París – El español Rafael Nadal aseguró que tiene problemas abdominales que le han llevado a retirarse del Másters 1.000 de París poco antes de comenzar su partido de semifinales contra el canadiense Denis Shapovalov, que jugará la final frente al serbio Novak Djokovic.

Nadal sintió un pinchazo durante el último servicio que efectuó en el entrenamiento matutino y, aunque por el momento las pruebas a las que se ha sometido no son concluyentes, la prudencia le ha llevado a retirarse.

«No era un dolor insoportable, pero hay un gran riesgo de empeorarlo», afirmó el jugador, que indicó que todavía es pronto para conocer el alcance de la lesión, aunque indicó que hará todo lo posible para estar listo para disputar las Finales ATP de Londres que comienzan el 10 de noviembre.

«Esperemos que pueda jugar en Londres, este es el objetivo y la ilusión», señaló.

El tenista indicó que la prioridad ahora es recuperarse, antes de decidir si puede defender su número 1 del mundo en la capital británica y disputar una semana más tarde la Copa Davis.

Es el segundo año consecutivo que Nadal se retira con problemas abdominales de París, uno de los tres Másters 1.000 que no ha ganado y que no ha podido completar en nueve ocasiones desde su debut en 2006.

Nadal afirmó que la decisión de retirarse fue dura para él, porque se estaba encontrando bien en el torneo, donde había alcanzado las semifinales por cuarta vez en su carrera, sin perder un set.

El español trató incluso de probarse minutos antes del inicio previsto del partido ante Shapovalov, pero volvió a sentir el dolor abdominal cuando sacaba. «Así no podía sacar al nivel necesario para ganar este partido», señalo.

Se sometió a dos resonancias magnéticas, que no fueron concluyentes porque este tipo de lesiones solo son visibles cuando ha pasado cierto tiempo. Pero el riesgo era demasiado importante y los médicos le recomendaron que no jugara.

Ante esa evidencia, aconsejado por los médicos, que le aseguraron que el desgarro podía ser mayor si forzaba el músculo, Nadal aplicó la prudencia y se bajó del torneo.

«Aunque hay mucho en juego, no hay nada más prioritario que ser feliz. No puedo permitirme el lujo de dar pasos en falso, mentalmente se hace difícil de soportar tras un inicio de temporada difícil. Tengo que dar los pasos para mantener la ilusión de hacer lo que hago», dijo.

Recordó que el Abierto de Estados Unidos de 2016 sintió un dolor similar y que le detectaron un desgarro de seis o siete milímetros. Decidió seguir y, tras perder la final contra el argentino Juan Martín del Potro, la radiografía reveló que la rotura llegaba a los 28 milímetros.

El español comenzó con dudas esta temporada y solo con la llegada de la tierra batida fue capaz de enderezar el rumbo. Durante Roland Garros confesó incluso que en el torneo de Barcelona estuvo planteándose la retirada, acechado por las lesiones que le llevaron a perder la moral para trabajar.

Luchador, logró recuperar el gusto por el trabajo que le ha llevado a amasar uno de los palmarés más impresionantes del tenis mundial y llegó tras ganar en Roma llegó en las mejores condiciones para levantar su duodécimo Roland Garros.

A partir de ahí, volvió el mejor Nadal, que se apuntó también el Abierto de Estados Unidos en una final épica contra el ruso Daniil Medvedev. En los 12 torneos disputados en el año, solo en Acapulco no llega a semifinales. Además de los dos Grand Slam, ganó los Másters 1.000 de Roma y Montreal.

La final medirá mañana a Shapovalov contra el serbio Novak Djokovic, que derrotó al búlgaro Grigor Dimitrov 7-6(5) y 6-4. El serbio, que perderá el número 1 del mundo el próximo lunes en favor de Nadal, tiene así opciones de recuperarlo en las Finales ATP de Londres.

Djokovic, jugará su sexta final en París, la segunda consecutiva, en busca de su quinto título.