Su familia lucha con el apoyo de varios funcionarios, entre ellos los senadores de Massachusetts Ed Markey y Elizabeth Warren(c) y la representante Lori Trahan, y la oficina del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, que ofreció su ayuda para que pueda regresar pronto. EFE/EPA/CJ Gunther/Archivo

Nueva York – Una joven “soñadora” vive una pesadilla desde que viajó a México, país del que salió a los siete años y al que regresó para trámites de su visa que le fue negada, y desde allí lucha para volver con su familia en Estados Unidos, que considera su hogar.

«No voy a mentir, pero a veces me siento desesperada, asustada y sola», indicó Ana Rafael Cruz en un mensaje en su página de Facebook, donde pide a los beneficiarios del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) como ella que busquen una segunda opinión si se les recomienda regresar a su país para solicitar su visa.

Ana, que tiene dos trabajos para pagar sus estudios, uno de ellos en una clínica veterinaria en Massachusetts, donde vive, viajó a México para una entrevista sobre su visado solicitada por su esposo estadounidense tras haber contraído matrimonio, luego de que su abogado le asegurara que no tenía nada que temer.

«El día que estaba en ese avión, a punto de cruzar a territorio mexicano, derramé un par de lágrimas porque tenía mucho miedo. Miedo no solo porque era la primera vez que viajaba sola, sino porque estaba entrando en un país diferente que no recuerdo en absoluto», indicó en su mensaje, publicado el 18 de mayo.

Sin embargo, durante su entrevista en el consulado estadounidense le informaron que su visa le fue denegada alegando que tiene dos entradas ilegales a Estados Unidos, cuando tenía 7 y 10 años, y que no le permitirían regresar hasta mayo de 2031.

Asegura que en ese momento, «no podía pensar, hablar ni respirar».

Según señaló su hermana gemela María Rafael a Efe, ellas emigraron junto a su madre cuando tenían 7 años huyendo de la violencia doméstica. Ahora tienen 25 años y ambas son beneficiarias de DACA.

Indicó que su hermana está en Puerto Vallarta, estado de Jalisco, con la familia de su padre, a la que no conoce bien, y que se comunica ocasionalmente a través de Whatsapp solo cuando hay conexión, como ocurrió hoy.

«Está bien mal (de ánimo). Tratamos de no llorar delante de ella para darle apoyo, pero está ansiosa, muy triste. No quiere pensar que se va a quedar ahí por diez años», comentó María, y explicó que a los 10 años volvieron a México por la gravedad de su abuela y regresaron por la violencia en el país.

Tras contraer matrimonio el esposo de Ana pidió la visa para ella ante las autoridades de inmigración, pero la pandemia de covid-19 retrasó el proceso.

Su familia lucha con el apoyo de varios funcionarios, entre ellos los senadores de Massachusetts Ed Markey y Elizabeth Warren y la representante Lori Trahan, y la oficina del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, que ofreció su ayuda para que pueda regresar pronto.

«Ojalá Dios nos escuche. Hemos hecho mucho de nuestra parte», comentó su hermana y lamentó que su madre «se siente horrible y llora mucho».

«Dice que se cambiaría de lugar con mi hermana y que se arrepiente de lo que hizo (haber ingresado a Estados Unidos de forma ilegal). Pero estamos agradecidas con nuestra madre. Tenía varios trabajos y se aseguró que estuviéramos bien sin ayuda del Gobierno. Me duele el corazón que se sienta así porque es el sistema el que ha fallado a mi hermana, no ella», afirmó.