foto de archivo.

Tegucigalpa – El tren de carga que cruza el territorio mexicano de sur a norte conocido como “La Bestia” que durante años convirtió los sueños de los migrantes en pesadilla volvió a convertirse en peligro, esta vez revivido por menores hondureños.

-Durante años los migrantes han muerto o perdido extremidades al intentar subir o descender de la terrorífica locomotora.

Se trata de los hermanos Alison Abril y Brayan José de siete y nueve años respectivamente, quienes tuvieron que recibir asistencia por parte de grupo Beta del Instituto Nacional de Migración (INM), luego que éstos viajaron por 12 horas en el “lomo” de este tren.

Los infantes hondureños, que son parte de la última caravana de migrantes que partió desde la ciudad de San Pedro Sula, presentaban signos de deshidratación luego de viajar en La Bestia desde Arriaga, Chiapas, a Ixtepec, Oaxaca en el sur de México.

La Bestia, que parte del estado fronterizo de Chiapas, pasando por el estado vecino de Oaxaca con rumbo al norte, hacia el estado de Veracruz, en la costa del Golfo de México, ha llevado a migrantes al norte durante décadas a pesar de sus evidentes peligros, mismos que volvieron a ser latentes luego que los infantes hondureños lo utilizarán como una vía para transitar por suelo azteca.

Estos hermanos, procedentes de Comayagua, centro de Honduras, no son los únicos que arriesgaron su vida en su objetivo de buscar una mejor vida fuera del país que les vio nacer.

También la menor Marbely Paz Cruz de apenas cinco años, procedente del departamento de Lempira llegó sobre el tren, pero en compañía de su familia que como miles de connacionales salieron del país huyendo de la violencia, la pobreza.

Este grupo de migrantes que llegó a Oaxaca en el lomo de La Bestia revivió imágenes de hace cinco años atrás cuando esta era la principal forma de transporte utilizada por los migrantes en tránsito por el territorio mexicano.

En 2014, el presidente Enrique Peña Nieto puso en marcha el Plan Frontera Sur con el que se reforzó la seguridad en la ruta tradicional utilizada por los migrantes obligándoles a buscar nuevas rutas, aunque de mayor peligro.

Desde ese entonces, se dejó de observar la icónica imagen de migrantes sobre el coloso, hasta en las últimas horas en la que un grupo de hondureños decidió arriesgar sus extremidades y hasta sus propias vidas con el objetivo de acortar camino en su intento por llegar a Estados Unidos.

“Otra vez están volviendo a subir al tren, este es un hecho”, señaló el sacerdote Alejandro Solalinde conocido por su defensa a los derechos de los inmigrantes

 En la actualidad, Solalinde alberga a unos 300 migrantes en su albergue Hermanos en el Camino.

“Otra vez va a volver a ser como era antes, el gobierno (mexicano) no quiere que se vean. Si los migrantes van como una hilera de hormiguitas, en silencio, los van a permitir, pero no los van a dejar si es en forma masiva ni muy pública” como lo hicieron con las grandes caravanas que comenzaron en octubre, acotó el religioso.

Es oportuno mencionar que el hecho que los migrantes volvieran a arriesgarse al subir al tren, es un acto de desesperación luego de esperar durante varias semanas una visa humanitaria que nunca se materializó, razón por la que, decidieron viajar sin documentos y expuestos a los peligros de abordar La Bestia.