Madrid.– Organizaciones de atención a migrantes denunciaron este jueves en Madrid la desprotección que sufren menores que viajan solos ante unas políticas migratorias que priorizan el control de fronteras frente a los derechos de los niños: «La vulneración de sus derechos no entiende de continentes».

Ocurre en países como España o México, expone el informe «La desprotección de la infancia no acompañada en frontera», elaborado por Entreculturas y el Servicio Jesuita de Migrantes, entre otras organizaciones, para denunciar el sufrimiento común de niños que han tenido que abandonar sus hogares y se encuentran con políticas que les criminalizan.

«Son tratados como extranjeros indocumentados, en vez de como niños y adolescentes sujetos de derechos; los menores en las fronteras, pese a la convención de los derechos de la infancia de obligado cumplimiento, no están recibiendo la protección que merecen, ni en Europa ni en Estados Unidos, donde se priorizan el control de los flujos a los derechos humanos», advirtió Irene Ortega, de Entreculturas.

La jurista reclamó una revisión de las leyes para que esos derechos estén por encima de cualquier otra consideración, despolitizar la acogida de los niños, terminar con las devoluciones sumarias y ofrecer vías legales y seguras para que los migrantes puedan solicitar protección en las embajadas y se garanticen sus derechos en tránsito y destino.

CASOS DE ESPAÑA Y MÉXICO

El informe recoge casos de México y de Melilla, ciudad española en el norte de África que tiene un vallado para frenar entradas irregulares en la frontera con Marruecos.

Una maraña de normas y prácticas administrativas atrapa a los menores a la espera de una decisión sobre su futuro en esta ciudad, según estas organizaciones.

El abogado del Servicio Jesuita a Migrantes que trabaja en Melilla, Javier Moreno, criticó que «faltan garantías en los procedimiento de devolución, los menores se encuentran con obstáculos para pedir asilo y no se garantiza la libre circulación».

«La frontera no se sitúa solo en la valla, sino que los menores se topan con otras interiores en los centros de acogida, que a veces son lugares de violencia y donde los niños se sienten muy solos», aseveró.

Desde México, Luis Arturo Macías vive de cerca la situación de menores que intentan llegar a Estados Unidos, como abogado del Servicio Jesuita a Migrantes.

«Los niños se enfrentan a amenazan del crimen organizado, situaciones de trata, secuestros, robos, abusos físicos y sexuales; además, los habitantes por donde pasan los extorsionan y la respuesta del Gobierno mexicano es una polÍtica de enfoque de seguridad nacional», lamentó.

El largo camino que deben atravesar y esas situaciones de violencia van generando en los niños problemas de salud, física y emocional, desconfianza y angustia, relató.

En la celebración del Día Internacional del Migrante, la ong Aldeas Infantiles recordó que unos 36 millones de menores se vieron obligados a abandonar sus hogares en 2020: 20,5 millones desplazados en sus propios países por conflictos armados, 11,8 refugiados y 1,3 solicitantes de asilo.