Nueva York – Nueva York reivindicó hoy la «fuerza moral» con la que el reverendo Martin Luther King se erigió en el líder de los derechos civiles en Estados Unidos en un animado evento musical, plagado de mensajes políticos, que terminó con el icónico canto del movimiento, «We Shall Overcome» (Lo superaremos).
El edificio de la Ópera de la Brooklyn Academy of Music (BAM), la institución musical en funcionamiento más antigua del país, ejerció de refugio para decenas de personas este lunes, día festivo en EE.UU., no solo por las gélidas temperaturas del exterior sino por las llamadas que se escucharon en su interior a «no esperar y seguir luchando», como exhortaba Luther King.
El senador demócrata Chuck Schumer fue uno de los dirigentes que intervino en el acto para «celebrar el legado del doctor Martin Luther King, la mayor fuerza moral que conoce EE.UU., y uno de sus grandes intelectuales y líderes espirituales», según lo definió entre el jolgorio de una sala llena y diversa, tanto en raza como en edad.
«El establishment blanco quería barrer los problemas bajo la alfombra, pero MLK forzó a EE.UU. a mirarse en el espejo, y a EE.UU. no le gustó lo que vio», dijo el político, que arremetió contra el presidente Donald Trump y se negó a dejar que el símbolo nacional pase de ser «la estatua de la Libertad a un enorme muro de cemento».
Schumer leyó una carta escrita por el activista en la cárcel de Birmingham, «más relevante hoy que ayer», en la que Luther King decía que para la población negra «esperar» significó un «nunca» casi siempre, al menos durante más de 300 años hasta que lograron derechos constitucionales.
No fue el único en rechazar las políticas de Trump y remitir a las enseñanzas de Luther King: el congresista demócrata Hakeem Jeffries, que representa a uno de los distritos más diversos, recordó que hay «inmigrantes voluntarios e involuntarios» y que «podemos haber llegado en diferentes barcos, pero ahora todos vamos en el mismo».
Luther King hubiera cumplido 90 años la semana pasada y «estaría hoy levantando el puño», dijo la congresista Yvette Clarke, invitada sorpresa, quien aseguró que la «resistencia es real» en el aparato legislativo de EE.UU. y aprovechó para felicitar a las mujeres negras que se han abierto paso en política.
No solo de política se habló: Tarana Burke, la fundadora del movimiento contra el acoso sexual «Me Too», reflexionó sobre el futuro del activismo por los derechos civiles «ahora que mueren los líderes y sus legados», y rápidamente concluyó que su continuismo está en corrientes nuevas como la que ella encabeza, o las de Occupy y Black Lives Matter.
Burke quiso destacar la importancia de las mujeres en movimientos como el de Luther King, que «a menudo quedan detrás frente a figuras masculinas prominentes», y entre otras mencionó a Rosa Parks, a Marie Foster o a Diane Nash, que trabajaron en la campaña de Selma.
«MLK encarnaba el amor, no un amor romántico, sino a la comunidad, las personas y la humanidad», consideró la activista, para quien los logros morales del movimiento «Me Too» están conformando «la nueva normalidad» pero «el liderazgo del país tiene una profunda carencia de amor». «El amor siempre gana», dijo Burke antes de abandonar el estrado entre vítores y gente de pie aplaudiendo.
No faltó el alcalde, Bill de Blasio, que procedió a recordar que Luther King «no solo hizo el discurso de «Tengo un sueño» sino que luchó para lograr justicia económica», algo que busca él mismo con dos medidas por las que lo han tildado de «radical»: sanidad universal para rentas bajas y dos semanas de vacaciones pagadas al año.
La velada contó con el rapero de origen sudanés Oddisee y unas letras que hablaban sobre «ser feliz, ser yo mismo y que me dejen estar», y con el Coro Interdenominacional de Brooklyn, que marcó el ritmo con alegres canciones que pusieron a bailar a los más pequeños, la icónica «We Shall Overcome» como colofón final.