Madrid – El director del departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, Xabier Gómez, defendió este martes que la inmigración no es el principal problema del país, como sugiere el último barómetro del organismo público español Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), sino que es la «principal solución».
En un desayuno informativo para presentar la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se celebrará el próximo domingo 29 de septiembre, Gómez valoró la encuesta dada a conocer la pasada semana, en la que la inmigración fue la respuesta más repetida a la pregunta sobre cuál es el principal problema del país.
Gómez llamó a analizar estos datos como «una invitación» a que, tal y como ha solicitado la Iglesia en tantas ocasiones, se lleve a cabo un «diálogo sereno» para alcanzar «un acuerdo» entre los principales partidos del país para conseguir un Pacto Nacional de Migraciones.
Recordó que la Iglesia aboga por «vías legales y seguras» para las personas migrantes: «Por supuesto que queremos la seguridad nacional, pero es necesario establecer respuestas legislativas que promuevan esa migración ordenada, solidaria y justa».
Sobre el debate acerca de la acogida vinculante de los menores migrantes llegados a Canarias opinó que «es muy necesario o conveniente desideologizar todo lo que concierne a las migraciones», y pidió no abordar este asunto «cada uno desde su posición política» o desde una postura «instrumentalizadora» que solo consigue «desenfocar el tema».
«Estamos hablando de personas con historias concretas, no de cifras, no de números, de personas, de vidas que se pierden», explicó.
Puso como ejemplo de consenso la toma en consideración de la iniciativa legislativa popular para la regularización extraordinaria de extranjeros el pasado mes de abril, propuesta que espera que continúe su recorrido parlamentario pronto.
«Dios está con nuestros migrantes y, por tanto, si Dios está con nuestros migrantes, se deriva que no podemos, como decía el papa Francisco, pensar que Dios esté con quienes rechazan a los migrantes», apuntó, antes de invitar a no luchar «contra los pobres», sino «contra la pobreza». EFE