Vista de inmigrantes que han cruzado ilegalmente la frontera, detenidos para ser procesados dentro de una estación de la Patrulla Fronteriza. EFE/Rick Loomis / POOL/Archivo

Nueva York – El Comité Internacional de Rescate (IRC) denunció este lunes que a pesar de que más de 20 % de los inmigrantes en centros de detención del ICE están arrojando positivo por COVID-19, la agencia se niega a liberar a esta población.

La ONG advirtió en un comunicado que retener a esta población, en condiciones insalubres y de hacinamiento, es un riesgo para la salud pública y pidió al Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), ante el continuo aumento del virus, que libere a los detenidos y ponga un alto a las deportaciones mientras continúe la pandemia.

«El ICE no respeta ninguna medida de salud pública de la COVID, no presta atención a las reglas. Estoy en una habitación con más de 100 personas, es como estar en un mercado abarrotado», aseguró Philip, inmigrante de la República del Congo detenido en un centro en Texas, a quien la ONG brinda ayuda.

«Nos dan jabón y máscaras, pero los agentes del ICE no usan máscaras y no respetan la cuarentena, lo cual es especialmente malo ya que compartimos tantos espacios y materiales. Nunca los he visto medir la temperatura a una sola persona», aseguró en el comunicado.

El Comité indicó además que el ICE ha informado de 3.917 contagios de COVID-19 en sus centros en el país desde el inicio del brote, con aproximadamente 1.000 positivos bajo custodia de la agencia.

En particular el Comité expresó su preocupación por el centro de detención migratoria en Farmville, Virginia, donde se registran 260 casos activos del virus, con un total de 290 desde que comenzó la pandemia en marzo.

Hasta el 27 de julio, las cifras del ICE daban cuenta de una población total de 312 detenidos en el centro, aunque no informaba sobre posibles empleados contagiados.

La situación en este centro ha generado la preocupación de organizaciones proinmigrantes, senadores y el gobernador de Virginia, Ralph Northam, quienes han pedido se detenga la transferencia de personas bajo custodia a ese lugar.

«Consultas externas indican que un total de 359 detenidos fueron evaluados en Farmville a principios de julio, lo que significa que la tasa de positivos a la prueba podría ser un sorprendente 80 % o más», advirtió la organización en el comunicado.

«El ICE ha reportado 19.092 pruebas desde febrero, lo que equivale a una tasa de positivos a la prueba promedio de 20 % en todos los centros de detención, casi tres veces la tasa actual en EE.UU., que sigue siendo el país más afectado por el virus», destacó.

La directora de Inmigración del IRC, Olga Byrne, afirmó que encerrar a las personas que buscan seguridad durante la pandemia más infecciosa en 100 años «es más que inhumano».

El Comité, fundado por Albert Einstein en 1933, también denunció que «a pesar de la incapacidad del ICE para manejar la propagación del coronavirus», se han realizado más de 450 vuelos de deportaciones este año, cerca de una docena de estos a América Latina y el Caribe. Aseguró que 11 de esos países ya han confirmado que los deportados han arrojado positivo al virus.

Indicó que desde mediados de marzo, el ICE ha organizado 180 vuelos desde los centros de detención en puntos críticos de la pandemia (Texas, Arizona, California y Florida) hasta los países del Triángulo del Norte (Honduras, Guatemala y El Salvador) y México en particular.

En ese mismo periodo, los casos en toda la región aumentaron exponencialmente. En El Salvador, por ejemplo, de 0 a casi 14.000 y en Guatemala, de 1 a más de 40.000, «indudablemente exacerbado por las deportaciones en curso de deportados con COVID», asegura la ONG.

«Los países centroamericanos han hecho esfuerzos de buena fe para limitar la propagación de la COVID-19, con un reconocimiento explícito de los limitados recursos en el país para responder a la pandemia», señaló por su parte Meghan López, directora regional de IRC para América Latina.

Según López, regresar a los migrantes a los países de donde huyeron, áreas estranguladas por la pobreza, la violencia y ahora por una pandemia, «es irresponsable y peligroso tanto para el bienestar de los repatriados como para la salud pública mundial».