Roma – La ONG Sea-Eye rescató este martes en el Mediterráneo central a 52 migrantes, que viajaban en un barco «no apto para navegar y abarrotado», y dio atención médica a dos de sus tripulantes, informó la organización.
Ahora, la nave de la ONG se dirige a la ciudad italiana de Rávena (norte) para desembarcar, en un trayecto de varios días que es parte de la política de puertos lejanos del Gobierno de Giorgia Meloni.
En un contexto de flujo constante de migrantes que parten del norte de África para llegar a Europa, Sea-Eye «recibió una llamada de socorro del barco de salvamento marítimo Mare Go», que halló una barcaza de fibra de vidrio «inadecuada» para la navegación y sobresaturada de tripulantes en aguas de Malta.
Tras una primera intervención de Mare Go, que pudo equipar a los tripulantes con chalecos salvavidas y estabilizar la barcaza, el Sea-Eye 4 «llegó al lugar tras un viaje de dos horas» y «completó con éxito la operación de rescate».
«Cuando llegamos, encontramos el barco abarrotado e inadecuado para cruzar el Mediterráneo». En él viajaban 52 personas, «la mayor parte procedente de Siria», concretó Julie Schweickert, jefa de misión a bordo del Sea-Eye 4.
Según remarcó, su llegada fue clave, «ya que las condiciones meteorológicas empeoraron significativamente durante la noche».
Después de contactar a las autoridades italianas, estas asignaron al Sea-Eye 4 el puerto de Rávena, en el centro-norte de Italia y situada en las costas del Adriático, muy alejada del punto de rescate, lo que hará que la embarcación necesite cinco días más de viaje hasta que pueda tocar tierra firme, lamenta la propia ONG.
«Tenemos a personas vulnerables a bordo que necesitan un lugar seguro ahora» y «nos asignaron Rávena como puerto de escala, lo que supone cinco días más en el Mediterráneo para los supervivientes antes de que finalmente se nos permita atracar», dijo Schweickert.
Entre los 52 rescatados hubo dos «que inicialmente no pudieron subir a bordo por sí solos debido a fuertes dolores y tuvieron que ser sacados del bote salvavidas usando un asiento de rescate», aunque «su estado mejoró con el tiempo».
Por otro lado, otras personas «sufrieron dolorosos hematomas por la dura travesía, debido al mal tiempo y el alto oleaje».
Según Sea-Eye, Rávena está a unas 900 millas náuticas del punto de rescate, lo que implica que durante estos días de navegación, la embarcación no pueda estar presente en el Mediterráneo central para ocuparse del posible salvamiento de migrantes a la deriva.
Esto es parte de la denominada política de puertos lejanos de la coalición ultraderechista de la primera ministra Giorgia Meloni, que intenta frenar los flujos de migrantes que llegan a Italia como parte troncal de su proyecto de gobierno.
En lo que va de 2024, casi 19.000 migrantes procedentes del norte de África han llegado a Italia.