Tegucigalpa – El desplazamiento interno es una crisis global con «rostro de mujer, niñez y juventud», pues son los más afectados por la violencia y los efectos de la crisis climática, dijo este martes en una entrevista con EFE la relatora especial sobre los derechos humanos de los desplazados internos de Naciones Unidas (ONU), Paula Gaviria.

Las mujeres, los niños y los jóvenes son las «principales víctimas» del desplazamiento interno, apostilló la funcionaria, quien participó en Tegucigalpa en la conmemoración del 25 aniversario de la aprobación de los principios rectores para los desplazados internos.

AUMENTO DE PERSONAS DESPLAZADAS

La relatora de la ONU indicó que los principios rectores para los desplazados internos siguen vigentes 25 años después de su aprobación, en 1998, y destacó que el fenómeno ha aumentado en los últimos años.

El desplazamiento interno «ha ido aumentando» por los efectos de la crisis climática y la violencia generalizada, subrayó Gaviria, de origen colombiano.

«Cada vez hay más desplazados internos causados por desastres naturales y por efectos del cambio climático, lo que añade a este panorama de sufrimiento, un número importante de población que necesita protección», enfatizó.

En su opinión, la violencia generalizada, la vinculada al crimen organizado, la basada en género, así como el delito de extorsión, son factores asociados al desplazamiento interno que generan «una extrema vulnerabilidad» en la población.

Muchas de las personas desplazadas internas están «en el limbo», pues «no pueden volver a su hogar, pero tampoco tienen un lugar para establecerse en condiciones de dignidad y seguridad, que les permitan sentirse que pueden restablecer su vida», resaltó.

SOLUCIONES DURADERAS

El desplazamiento forzado se ha convertido en un desafío global, ante lo cual Gaviria sostuvo que la humanidad y los líderes mundiales «le han fallado a las personas más vulnerables -las desplazadas-, en protegerlas, en prevenir las causas y en lograr para ellas soluciones duraderas a su situación».

Por eso, señaló que los principios rectores de la ONU para los desplazados internos «son marcos orientadores para los Estados», pero «se requiere su aplicación porque precisamente el desplazamiento ha aumentado en cifras exponenciales» en los últimos años.

Según datos citados por la relatora, en 2021 se registraron casi 60 millones de personas desplazadas internas en el mundo.

Aplaudió, además, que Honduras se haya convertido en el décimo quinto país del mundo en aprobar una ley de desplazamiento forzado interno, que entrará en vigor este miércoles.

Con la nueva ley, añadió, el país centroamericano demuestra que está «comprometido con la respuesta, la protección y la atención» a las víctimas de desplazamiento interno, fenómeno reconocido en Honduras en 2013 y que ha forzado a unas 247.000 personas a abandonar sus hogares en los últimos años.

UNA LEY NO ES SUFICIENTE

El Parlamento hondureño aprobó en diciembre pasado la Ley de Prevención, Atención y Protección de las Personas Desplazadas Internamente por la Violencia, normativa promulgada en marzo de este año.

Crear una ley específica para atender a las personas desplazadas internas, según la relatora de la ONU, «no es suficiente», pero cree que envía «mensajes muy poderosos» sobre que el Estado «reconoce sus obligaciones y responsabilidad» frente al fenómeno.

La ley debe aplicarse «con recursos, con la participación de la mayor cantidad de instituciones del Estado, de una manera organizada, coordinada con las metas claras» para materializar las medidas de protección y asistencia, y que su implementación «no quede en el papel», explicó.

También es necesario promover un programa de prevención de reclutamiento y una política de derechos humanos «sólida» para prevenir las causas del desplazamiento interno.

La Ley debe generar “una serie de oferta social” para que las respuestas puedan ser “integrales” para que las personas desplazadas “retornen a su lugar de origen, se restablezcan donde quieran o se integren a las ciudades donde han decidido establecerse” con todos sus derechos, acotó la relatora de la ONU.