El inmigrante mexicano Eduardo Chamú posa para Efe mostrando su tarjeta de residente permanente de los Estados Unidos, conocida como "green card", este 21 de octubre en el taller de su trabajo en Costa Mesa, California. EFE/Iván Mejía

Los Ángeles – El inmigrante mexicano Eduardo Chamú, padre de seis hijos y quien enfrentaba una deportación, siente «tranquilidad y seguridad» con su tarjeta de residencia permanente, que acaba de recibir por el mérito de ser un «padre soltero responsable».

«Estoy muy contento de andar cargando ya mi tarjeta de residencia permanente, porque uno anda con el Jesús en la boca de que lo avienten a uno hasta México, por no tener papeles», dijo a Efe Chamú este lunes.

Originario del estado de Guerrero, y especialista en la confección de instrumentos de albañilería, Chamú recibió la denominada «green card» este mes de manos del Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS).

El documento produjo el efecto «como de una medicina» que quita el miedo en el mexicano, en una época en la que los indocumentados en EEUU a diario sienten temor de ser detenidos en cualquier lugar por agentes de inmigración.

Chamú relató que, en 1992, emigró a este país con el fin de buscar empleo y aspirar a una vida mejor. Buscó ayuda legal para regularizar su situación migratoria «con un notario» que, por no tener competencia, no logró representarlo en la corte de inmigración.

Por esta razón, en 2004 recibió una orden de deportación.

A su situación migratoria se sumó que en 2009 su esposa lo abandonó con sus 6 hijos, con edades de entre 3 y 12 años, para quienes Chamú comenzó a ser «padre y madre», según narra el inmigrante.

Sin embargo, no se dio por vencido y localizó abogados expertos en inmigración. Su caso destacó ya que por lo general quien abandona el hogar es el marido y las «mujeres solteras son las responsables del bienestar de sus hijos», detalla el mexicano.

Conmovida por los argumentos y testimonios de los pequeños, en junio del año pasado una jueza falló a favor de concederle una residencia permanente en EE.UU. para así evitar a su prole un «sufrimiento extremo».

Se trata de la ley de inmigración 42B, con la que padres indocumentados «protegen sus hijos nacidos en EEUU» para que no sufran orfandad.

«Con la residencia pasa uno de andar preocupado a una gran felicidad», asegura Chamú.

«El fin de semana celebramos con una carnita asada con los muchachos», dice el obrero especializado en la creación de «cucharas» de albañilería y otras herramientas de trabajo en la empresa Curry Tools, en Costa Mesa, California.

El mexicano destacó con orgullo que sus instrumentos van a parar, mayormente, a manos de trabajadores latinos que «construyen bellas mansiones, hasta en Beverly Hills».

«El siguiente paso es esperar cinco años con la residencia para tramitar la ciudadanía, sacar mi pasaporte gringo y poder votar», afirmó Chamú.

Por su parte, su abogado, Eric Price, dijo a Efe que «Eduardo ganó su caso por sus méritos de haber hecho un buen trabajo cuidando a sus hijos».

Ante la jueza, quedó demostrado que todos sus ingresos son invertidos en el bienestar de sus hijos y «con ello demostró que lo necesitan», argumenta Price.

La fama de padre ejemplar del mexicano se hizo viral en redes sociales, por lo que en 2018 el reconocido cantante de música regional mexicana Ezequiel Peña invitó a Chamú y a sus hijos a visitar su rancho en Hesperia, California.