Berlín.- El Parlamento alemán (Bundestag) respaldó hoy el Pacto Mundial para la Migración de la ONU como una «solución global» al desafío humanitario y político que suponen los flujos migratorios, según consta en una moción de la gran coalición de la canciller, Angela Merkel.
El texto, consensuado anteriormente por el bloque conservador de la canciller y sus socios socialdemócratas, obtuvo el voto de la mayoría de los diputados de las filas gubernamentales, además de apoyos procedentes de los opositores Verdes, Partido Liberal (FDP) y La Izquierda, y el rechazo cerrado de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
La moción, sometida a votación nominal, fue respaldada por 372 votos, frente a 153 en contra y 141 abstenciones, y en ella se constata que el Pacto, que previsiblemente será adoptado a escala internacional el próximo 10 de diciembre en Marrakech (Marruecos), está orientado a lograr una migración ordenada y a defender los derechos de los migrantes.
La adopción del Pacto responde asimismo «al interés de Alemania», prosigue el texto, donde se recuerda que éste no es vinculante y que las decisiones en política migratoria quedan «bajo la soberanía nacional» de los respectivos países.
La aprobación estuvo precedida por un encendido debate, en que la AfD, líder de la oposición en el Bundestag, tachó el Pacto de la ONU de «intento meticulosamente tramado» por Merkel para «tratar de convertir en globales los errores cometidos» a escala nacional.
El diputado de la AfD Gottfried Curio afirmó que es «una llamada al mundo entero a emigrar sin límites a Alemania» para «abusar de su sistema social», en una intervención marcada por las ovaciones de su grupo y las protestas desde las filas de los Verdes y La Izquierda, principalmente.
Por parte de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, así como del Partido Socialdemócrata (SPD), se defendió la moción pactada e insistió en su carácter no vinculante.
La adopción del Pacto «es una cuestión de credibilidad y un acto de sensatez», zanjó el ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, del SPD, quien defendió en nombre del Ejecutivo la moción consensuada con el bloque conservador.
Su contenido había sido ya defendido la semana pasada, en el debate general parlamentario sobre los presupuestos de 2019, por la propia Merkel, que lo calificó de «respuesta correcta» y «multilateral» al desafío global que supone la emigración.
El Pacto es fruto de un encargo hecho en 2016 a la ONU por los líderes de 190 naciones de todo el mundo, del que se han desvinculado en su fase final países europeos como Austria, Hungría, Bulgaria, Estonia y la República Checa, así como Australia e Israel, mientras Estados Unidos se mantuvo desde el principio al margen de la negociación.
Pese a la abultada mayoría obtenida en la sesión de hoy, el Pacto ha despertado asimismo recelos en la CDU de Merkel y será sometido previsiblemente a la votación del próximo congreso federal de la formación, que tendrá lugar del 7 al 8 de diciembre en Hamburgo.
La iniciativa de someter el texto a los delegados del partido partió del ministro de Sanidad, Jens Spahn, aspirante a suceder a la canciller en la presidencia de la CDU.
La sucesión de Merkel como líder de la CDU tendrá lugar en ese congreso y, junto al titular de Sanidad, aspiran al puesto su secretaria general, Annegret Kramp-Karrenbauer, y el exjefe del grupo parlamentario Friedrich Merz, representante como Spahn del ala más derechista del partido.