Un grupo de hondureños llega a España, foto archivo.

Madrid –  La división del bloque de la derecha española se confirmó irreversible después de que los conservadores del Partido Popular (PP) y los ultraderechistas de Vox intercambiaran reproches tras la aceptación por parte del PP de una propuesta de reparto de acogida de menores migrantes, que provocó la ruptura entre ambos.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, criticó -sin nombrarle- al presidente de Vox, Santiago Abascal, por «montar espectáculos de inmadurez», hacer «chantajes» y pensar en «su interés personal» con la ruptura de los gobiernos de coalición entre ambos partidos.

El presidente de los populares dejó abiertas las puertas de su partido para que entren aquellos que no entiendan la «deriva» de los dirigentes del partido de ultraderecha, que en su opinión solo hacen «favores» al Gobierno «disparatado» del presidente Pedro Sánchez.

Feijóo hizo este llamado desde Ourense (noreste), en una reunión regional de su partido, donde dijo que entendía que haya ciudadanos «con cierta decepción» por lo ocurrido y con que se pueda «frustrar el cambio» que se propone desde su posición política, un PP que apuesta por unos principios que «no se van a sacar a subasta (…) ni se van a someter a la amenaza de nadie cueste lo que cueste».

Por su parte, en una entrevista con el medio digital El Confidencial, Abascal se felicitó de ser «los primeros en abandonar un gobierno por principios, y la emigración es el debate del próximo siglo».

Además, advirtió a los populares que si quieren volver a contar con el apoyo de su partido exigirá «un plan de deportaciones para los inmigrantes ilegales».

Para la secretaria nacional del PP, Cuca Gamarra, Vox decidió «agitar en lugar de gobernar, así que adiós y a seguir gobernando», resolvió.

Cambios en gobiernos regionales

Gamarra hizo estas declaraciones desde Murcia (este), una de las regiones que se verán obligadas a remodelar sus gobiernos regionales por la crisis entre PP y Vox, que gobernaban en coalición en cinco comunidades autónomas.

El que ya presentó sus cambios fue el presidente de Aragón (noreste), el popular Jorge Azcón, que aprovechó la coyuntura para hacer una restructuración más profunda de su ejecutivo y no quedarse sólo con la sustitución de los dos consejeros de Vox que había en su gobierno.

Para las próximas horas se esperan anuncios en ese sentido desde otras regiones en las que conservadores y ultraderechistas gobernaban en coalición: Murcia, Castilla y León (noreste) y la Comunidad Valenciana (este).

Los socialistas exigen más

Los socialistas, partido del presidente Pedro Sánchez, se felicitaron de la ruptura entre PP y Vox, pero instaron a que los populares den un paso más y rompan los más de cien acuerdos en ayuntamientos españoles.

Asimismo, la portavoz del PSOE Esther Peña reclamó que los conservadores deroguen «de manera inmediata» la normativa, reglamentos y leyes que han elaborado con Vox, concretamente aquellas que van en contra de las mujeres, del colectivo LGTBI, de la memoria democrática y de los intereses de las personas trabajadoras.

Para Peña, la «prueba del algodón» de la ruptura sería que el PP aceptara la reforma de la Ley de Extranjería. «Esta sería la gran prueba» para que Feijóo demuestre que «ha aprendido algo del matrimonio fallido con Vox», resumió.

El lunes, cita en el Congreso

El tema migratorio, detonante de la crisis en la derecha española, tiene una cita en el Congreso de los Diputados este lunes, cuando el Gobierno y sus socios registrarán su propuesta de reforma de un artículo de la ley de Extranjería para garantizar la distribución de los menores migrantes no acompañados que llegan a las costas españolas, especialmente de las islas Canarias (Atántico), en pateras y cayucos.

La idea es aliviar la presión que soporta en estos momentos la ciudad autónoma de Ceuta y las propias Canarias, archipiélago que se encuentra desbordado y cuyo gobierno ya ha empezado a instalar carpas en puertos ante las llegadas de embarcaciones con menores y adultos que se prevén para las próximas semanas.

«Si queremos hacer las cosas bien, proteger los derechos de la infancia y hacerlo de una manera sostenible en términos de servicios públicos y de acogida hay que dar este paso», advirtió la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, en una entrevista en la radio pública española.

Rego admitió que la situación de los cerca de 6.000 menores acogidos en Canarias es muy complicada y está muy tensionada, por lo que apeló a la empatía frente a la crispación y la deshumanización de la extrema derecha con estos niños y niñas que vienen solos. EFE