Tucson (AZ) – La historia de superación de Bill de la Rosa, que diez años atrás él y sus tres hermanos fueron víctimas de la separación familiar tras la deportación de su madre, es narrada en una película que se estrena este martes en Arizona.

«Bill, The Movie» retrata el sufrimiento de la familia cuando en 2009 la madre, Gloria Montoya, fue impedida de regresar a Arizona y obligada a permanecer en México, dejando huérfanos a sus cuatro hijos: Jim, Bill, Naomí y Bobby De la Rosa, que entonces tenían 17, 15, 9 y 4 años de edad, respectivamente.

El padre, Arsenio de la Rosa, tenía en ese momento 74 años de edad y sufría de serios problemas de salud.

La mujer, que limpiaba cuartos en un hotel en Tucson, era por tanto el único sustento de la familia, pero se le aplicó una norma aprobada en 1996 que «castiga» con 10 años de estancia en el país de origen a todos los inmigrantes que se quedaron en Estados Unidos por más de un año.

El activista y especialista en Inmigración y Justicia Criminal, Bill de la Rosa, posa para Efe el sábado 11 de enero en el centro de la ciudad de Tucson, Arizona. EFE/María León

La película, que se estrena este martes en Tucson y estará a disposición de las escuelas públicas en el sur de Arizona y varias universidades del país, refleja la lucha que emprendió en los últimos diez años Bill De la Rosa por traer de regreso a Arizona a su madre.

«Quisimos seguir la ley. Mi padre, como ciudadano de Estados Unidos, presentó una petición al Servicio de Inmigración, sin embargo no solo le negaron la residencia, sino que la castigaron con no poder regresar con su familia por 10 años», dijo a Efe De la Rosa.

La vida de la familia De la Rosa cambió para siempre ese 2009 cuando Gloria Montoya acudió al consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez (México), en lo que sería una cita para obtener la ansiada «tarjeta verde», pero las ilusiones se desvanecieron tras ser «castigada» por vivir de manera ilegal en este país y se le prohibió regresar.

Con tan solo 15 años de edad, Bill se convirtió prácticamente en «padre y madre» de sus hermanos, ya que su hermano mayor Jim entró al Ejercito por vocación y como una forma de ayudar a la economía familiar.

La película relata cómo Bill se ocupaba de sus hermanos, de su padre enfermo, quien sufrió dos embolias cerebrales y falleciera en 2018, y al mismo tiempo se dedicaba a sus estudios.

«Ningún niño debe de ser separado de su madre, punto. Fueron tiempos muy difíciles para todos», recordó el joven, quien se graduó el primero de su clase en la Escuela Secundaria Pueblo, en Tucson.

Lucy Kin, representante de Lapan College Club, quienes produjeron la película con un presupuesto de unos 30.000 dólares, dijo a Efe que la historia de Bill había sido llevada a una obra de teatro que se produjo en 2018.

«Nos pedían mas y mas presentaciones, el problema es que nuestros jóvenes estudiantes no siempre estaban disponibles», dijo Kin sobre la puesta en escena, que logró un destacable éxito local y ello fue el germen para producir la película.

La producción busca enviar un mensaje de superación, y especialmente cómo Bill y sus hermanos vieron en la educación el camino para salir adelante.

Bill obtuvo una licenciatura en Sociología y Estudios Latinoamericanos en el Colegio de Bowdoin, y recientemente cursó dos maestrías en Inmigración y Justicia Criminal en la Universidad de Oxford en Inglaterra.

Actualmente trabaja en la Unidad de Reforma de Justicia Criminal del Condado Pima, en un programa para disminuir el número de grupos minoritarios en las cárceles locales, y espera pronto poder seguir sus estudios de Leyes en la Universidad de Harvard, a la que ya presentó una aplicación.

«Estoy muy orgullosa de todos mis hijos, tanto que han sufrido, tanto tiempo separados, ha sido muy difícil», dijo a Efe Montoya en declaraciones telefónicas desde la mexicana Nogales y quien lamentó todos los momentos que no ha podido estar presente en sus vidas.

Como el de hoy, cuando en Fox Theatrer de Tucson, donde se espera a más de 1.200 invitados, se presente la película basada en la historia de Bill.

«Tan pronto pueda llevaré una copia de la película a México para que la podamos ver junto con mi madre», dijo De la Rosa.

En 2018, con la ayuda de Bill y la presión de la comunidad, Montoya logró un permiso humanitario de 30 días para cruzar la frontera y despedirse de su esposo, quien estaba gravemente enfermo y falleció días después.

A pesar de que ya pasaron esos 10 años de «castigo», Montoya aun no ha podido solucionar su estatus migratorio, por lo que la familia continúa trabajando con su abogado y han presentado nueva documentación a las autoridades migratorias.

«Espero que este verano lo logremos y que finalmente tengamos a mi madre de regreso en casa», dijo De la Rosa.