El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, participa en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el viernes 1 de marzo de 2019 en Maryland (Estados Unidos), donde prometió que acabarán de construir el muro en la frontera con México antes de que termine el mandato del presidente Donald Trump. EFE/Archivo

Nogales (AZ) – Durante un recorrido por parte del muro fronterizo en la ciudad de Nogales, Arizona, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, aseguró el jueves que no se separarán las familias inmigrantes y pidió al Congreso terminar con lo que calificó «fallas» de la ley de asilo.

«El presidente Trump ha dejado muy claro que no estamos considerando restablecer la separación de familias, lo que queremos es que el Congreso actúe», dijo Pence.

«No hay duda de que hay gente sufriendo en ambos lados de la frontera; sin embargo, los traficantes de humanos y narcotraficantes están aprovechando estas fallas dentro de nuestro sistema legal para explotar familias que vienen desde Centroamérica», agregó el vicepresidente del país.

Pence, quien recorrió parte del muro fronterizo en compañía del gobernador de Arizona, Doug Ducey, afirmó que el país no enfrenta una «crisis» de inmigración, sino una «crisis de seguridad nacional» y agradeció el trabajo que diariamente realizan los agentes de la Patrulla Fronteriza.

«Sabemos que el muro fronterizo funciona, miles de personas están cruzando la frontera, nuestro sistema no está diseñado para manejar este enorme flujo de personas», enfatizó.

El político indicó que, solamente el pasado martes, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés) arrestó a 4.300 migrantes en la línea sur, la cifra más grande de detenidos en un solo día en la historia de esta agencia federal.

«Estamos aquí haciendo un llamado al Congreso para que termine con estas fallas dentro de nuestro sistema de asilo y nos permita regresar a las personas que son detenidas a sus países en Centroamérica, de la misma manera que actualmente lo hacemos con la gente de México», matizó Pence.

De acuerdo con lo expuesto por el alto dirigente, la meta es terminar de una vez y por todas con la práctica de «catch and release» (atrapar y soltar), que en los últimos meses ha llevado a organizaciones de ciudades de California y Arizona a establecer albergues emergentes para las familias migrantes.

La práctica habitual es que, una vez procesados, los agentes de inmigración dejen a las familias en estaciones de autobuses no pocas veces desbordadas de personas.

Pence aseguró que los traficantes actualmente se aprovechan de las fallas en el sistema que permiten a los inmigrantes que solicitan asilo «desaparecer» dentro del país.

Según reveló CBP esta semana, los arrestos de migrantes en la frontera con México superaron en marzo pasado los registros mensuales de los últimos cinco años.

Las cifras oficiales muestran que en marzo último se registraron 92.607 arrestos a lo largo de la frontera, de los cuales 30.555 correspondieron a individuos, 53.077 a familias y 8.975 a menores no acompañados.

La gran mayoría sigue siendo unidades familiares provenientes de países centroamericanos que se entregan a la Patrulla Fronteriza tan pronto cruzan a EEUU y solicitan asilo político.

En Arizona, el mayor punto de cruce de indocumentados es el Sector de Yuma.

Pence alabó los esfuerzos que hace Trump para construir el prometido muro fronterizo con México y puso de ejemplo Nogales, ya que, aseguró, esta ciudad fue el epicentro del cruce migratorio hace una década.

Pero esto cambió gracias a las barreras físicas y al incremento en el número de agentes fronterizos, dijo Pence.

Por su parte, Roy Villareal, jefe de la Patrulla Fronteriza Sector Tucson, explicó al vicepresidente cómo se encuentran trabajando a su máxima capacidad y le mostró fotografías de algunos de los grandes grupos de migrantes detenidos con frecuencia en la frontera.

También exhibió los ingeniosos «trucos» que usan los traficantes de drogas, como lo es amarrarse pedazos de alfombra en sus zapatos para enmascarar sus huellas en el desierto.

Varios miembros del grupo Víctimas de la Patrulla Fronteriza se presentaron a las afueras de la estación de este cuerpo de seguridad en Nogales para protestar por la visita de Pence.

Llegaron con fotografías de inmigrantes que han muerto a manos de agentes de frontera.

A finales de marzo , el presidente Trump anunció el recorte de ayuda financiera a los países centroamericanos que conforman el denominado Triángulo Norte, que incluye a El Salvador, Guatemala y Honduras.

El Gobierno considera que estos países «no hacen nada» para impedir que los migrantes viajen en caravanas hasta los Estados Unidos.

Centenares de hondureños, en su mayoría hombres y mujeres jóvenes, con muchos niños, siguen este jueves abandonando su país en una cuarta caravana, con la idea de llegar a Estados Unidos y la esperanza de acabar con la situación de desempleo e inseguridad que sufren en su país.